Nunca sabes dónde puedes encontrar el amor verdadero, esa persona con la que desearás compartir tus alegrías y tristezas y pasar juntos el resto del camino que supone la vida buscando la felicidad.
Claudia y Mario se conocieron en el trabajo, sin saber que ese momento supondría el inicio de una linda historia de amor. Eran los primeros días de octubre y Claudia ingresaba a trabajar por primera vez en una constructora como Oficina Técnica, la misma constructora en la que Mario ya tenía algunos años trabajando como Jefe de Terreno.
Lo que empezó con salidas a almorzar junto al resto de sus compañeros, pronto se convirtió en almuerzos para dos hasta que, una noche de 16 de diciembre, decidieron ir solos a comer, pasaron a ser pololos oficiales. Mantenían en secreto su relación en el trabajo, con furtivos besos en la obra y almuerzos lejos de todo bajo un árbol.
Todo era perfecto hasta que la vida decidió ponerles un obstáculo en el camino, Mario fue trasladado a otra obra bastante lejos, lo que supuso todo un reto para su promisoria relación.
Al contrario de lo que pudiera parecer, la distancia no impidió que su amor creciera, hasta el punto de proponerse tener juntos un hogar para poder formar una familia, las ganas de verse al salir del trabajo eran aún más fuertes.
En agosto del 2012 se volvieron a juntar en un nuevo proyecto laboral, en Ñuñoa y así también volvieron a compartir almuerzos. Después de mucho buscar, en septiembre del 2013 encontraron una casa en Huechuraba para poder comenzar a formar su familia. Casi estaba acabado el traslado a su nuevo hogar cuando surgió la idea de agrandar la familia, no con hijos, sino con Lorenzo, un simpático cachorrito de 3 meses.
En marzo de 2014, mientras disfrutaban de unas vacaciones en Puerto Rico, Mario sorprendió a Claudia con la petición formal de matrimonio, un momento maravilloso para ambos.
El matrimonio se celebró en el Country Club Santa María de Algarrobo, con una ceremonia al aire libre bajo la atmósfera de la costa, rodeados de palmeras. El lugar de celebración es conocido por contar con amplios salones, estacionamientos, jardines extensos y seguridad controlada constante, lo que hace que resulte una opción ideal.
La novia lucía un lindo vestido de novia en el tradicional tono blanco pero de estilo más sencillo que los clásicos vestidos de novia, acorde al ambiente del matrimonio. Dejando su maquillaje en manos de Verena Laguna, maquilladora profesional con alta experiencia y habilidades en el sector de belleza para novias, los complementos ideales fueron unos zapatos de novia rojos de Victoria de Bocca y joyas de Swarovski que ayudaron a Claudia a brillar en su gran día.
Claudia llegó a la ceremonia en un fantástico carruaje tirado de caballos y un parasol blanco que la protegía del sol a la vez que resultaba un complemento muy original. El ramo estaba elaborado con rosas blancas y rojas, a juego con su look nupcial.
El traje del novio fue confeccionado en Casa del Novio, una sastrería especializada en la confección de trajes de novio y complementos, perfectos si buscas elegancia y sobriedad.
Los novios, muy emocionados, tal como se puede apreciar en las imágenes, se dieron el “¡sí, quiero!” rodeados de amigos y familiares.
El banquete tuvo lugar en Radnic & CIA una empresa gastronómica ubicada en Santiago Metropolitana, que ofrece una opción de vanguardia. El cotillón fue comprado en el Barrio Meiggs, que oferta productos de todo tipo para la animación de las fiestas de matrimonio.
Ignacio Navarro, experto fotógrafo, fue el encargado de inmortalizar tan maravilloso día para la pareja, que tendrá para recordar su matrimonio unas imágenes de calidad en las que se aprecia a la perfección el gran momento que supuso su matrimonio.
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