Marcela y Alejandro se conocieron en la universidad, eran compañeros de carrera pero no pertenecían a la misma generación, ya que Alejandro se había trasladado desde otro campus.
“La primera vez que lo vi, Alejandro estaba jugando futbolito, y me encanto físicamente, luego al conversar me gustó mucho más, sin embargo, una gran amiga -Lizett- me comentó que llevaba muchos años pololeando, por lo tanto, debía olvidar la opción de poder conquistarlo.” (Marcela 2017)
Afortunadamente, al año siguiente, al regresar de las vacaciones de verano, Alejandro estaba soltero, y no pasó mucho tiempo hasta que Marcela y Alejandro comenzaron una preciosa relación. La vida los juntó en el último año de universidad, siendo ambos unos apasionados del futbol, ambos jugaban en la selección y a veces, hasta les tocaba entrenar en la misma cancha. Tenían muchas cosas en común, lo que los fue encantando y enamorando. A ambos les gusta salir a comer, compartir con la familia y amigos, suelen tener la agenda ocupada con eventos sociales y salidas a la playa, y dentro de lo posible, disfrutan mucho viajar.
Las casualidades o el destino siempre estaban juntando a esta pareja de enamorados, y así lo demostraban misteriosos eventos que ocurrieron. Marcela se tituló primero y realizó su práctica profesional en una consultora, luego Alejandro, ya egresado, por coincidencia, le ofrecieron realizar la práctica en la misma empresa. Después de un tiempo, ambos se convirtieron en empleados permanentes de la misma compañía, pero en distintos departamentos. Marcela se cambió de unidad y otra vez, imprevisiblemente, ambos quedaron ubicados en el mismo piso donde trabajaba Alejandro. Y así, un día ambos decidieron cambiarse de empresa y después de algunas entrevistas y pruebas, ¡los dos fueron seleccionados para trabajar en el mismo servicio!
Ya tenían muchas anécdotas e historias juntos que contar, habían estado construyendo una vida y entre ideas y sorpresas, siempre estuvo presente casarse y formar una familia. Era un sueño anhelado por ambos, pero primero tenían que disfrutar unos años solos y luego tener hijos. Es importante señalar que Marcela siempre fue muy clara con Alejandro en que el matrimonio lo pide el novio y que era muy importante sorprender a la novia, literalmente, dejarla con la boca abierta, realizando algo exclusivo, único.
Cuando llegó el momento de que el futuro novio se luciera con una sorpresa inolvidable, ambos se encontraban de vacaciones en la isla San Andrés, Colombia. Marcela iba con la idea en mente de que Alejandro le pediría matrimonio, de hecho, Marcela se lo había comentado a todas sus amigas, debido a que una vez que llegaran a Chile, les entregarían su casa donde comenzarían una nueva vida juntos. En un tour, Alejandro comenzó a buscar en su mochila dinero para pagar el taxi, y se empezaron a caer algunas cosas del bolso, una de ellas era una cajita de terciopelo. Marcela abrió sus ojos pensando que era un anillo de compromiso, pero el novio le dijo que no era lo que pensaba y que se acordara que esa cajita ella misma la había puesto allí hace un tiempo.
Al día siguiente fueron a recorrer y entraron a una tienda que vendían joyas con la piedra típica de allá. Marcela se enamoró de un anillo y Alejandro le ofreció regalarle ese anillo para que le contara a sus amigas que le habían pedido matrimonio. Evidentemente, esa situación indignó a Marcela y terminó por convencerla que nada sucedería en ese viaje…Lo que ella no sabía era que su novio estaba haciendo todo lo humanamente posible para llevar a cabo lo que ella quería, una sorpresa inigualable. Alejandro intentó distraerla constantemente, con tal de poder hacer a Marcela la mujer más feliz (y sorprendida) del mundo.
La esperada petición de matrimonio, finalmente ocurrió cuando estaban en un tour llamado “La noche blanca” a bordo de un catamarán en medio del mar y el anillo, resultó ser una elección muy similar a la joya de la que Marcela se había enamorado unos días atrás;
“…primero quería que hiciéramos un Titanic, pero no lo logró jejeje. Luego me pidió que a través de un beso le demostrara todo el amor que sentía, mientras nos besamos, cerré mis ojos y en ese instante se arrodilló y me pidió matrimonio, fue un momento único, increíble e inolvidable, realmente maravilloso.” (Marcela 2017)
De ahí en adelante, intentaron disfrutar cada momento de la organización de su matrimonio. A veces resultaba ser un poco extenuante escoger entre tanta variedad de servicios, sobre todo cuando esperas una fiesta soñada y perfecta. Una de las cosas más difíciles fue escoger el diseño de las argollas y el lugar donde se llevaría a cabo el evento. Después de cotizar en más de 50 locales, decidieron casarse en el lugar de sus sueños, el Hotel Manquehue. Un espacio que, en palabras de los novios, “…habla por sí solo, sin hacer mucho esfuerzo en la decoración, sus dependencias lo dicen todo, el piso de mármol, esas extensas escaleras de piedras, el estilo arquitectónico medio alemán-inglés, enamora a cualquiera…” (Alejandro 2017)
Para los partes de matrimonio, acudieron a Ideas Creativas, eligieron un pasaporte que tenía una fotografía y una caricatura de ellos. Ésta última, la mandaron a hacer al destacado caricaturista Rodrigo Boettcher. Un idea muy original y un trabajo brillante.
Preparación de los novios
Llegó el día de la boda, 19 de agosto de 2016, y la novia emocionada y radiante se entregó a manos de Constanza Concha, tanto para el maquillaje como para el peinado. La profesional, muy dedicada a su trabajo y que llevó a cabo majestuosamente todo lo que Marcela tenía en mente, resaltó su mirada y pintó sus labios de un rosado púrpura, que combinaría a la perfección con su personalidad y su ramo de flores. Por su parte, su pelo, sencilla y delicadamente, caía ondulado por su lado izquierdo. El tocado de la novia de Punto Clave, sujetaba su necesario y tradicional velo de novia de ProNovias.
El vestido fue un diseño Begoña, escote corazón con encaje y brillantes de la tienda Novias Mint. Escogerlo fue todo un desafío, Marcela es clara en explicar la relevancia del vestido y lo contenta que se sintió al encontrar algo ad-hoc a su cuerpo y estilo;
“…el sueño de toda novia, es que todos queden pasmados de lo hermosa que luces ese día, sentirte como una reina, que, en el fondo, ese día nadie es más hermosa que tú…” (Marcela 2017)
Combinó su vestuario con unos zapatos que fueron adquiridos en la tienda Casablanca y las zapatillas que usaría en la fiesta para más comodidad de De Novias, Vestidos de Novias Chile.
El novio, en cambio, vistió un terno muy original azul marino de la Sastrería Luis Nava, el chaleco, la corbata, el pañuelo a su lado izquierdo y los bordes del cuello de la chaqueta tenían un diseño de colores grises. Su camisa y colleras fueron de Rubinstein y los zapatos, de la tienda Ralton, eran color azul, mezclando cuero de charol y cuero tradicional, lo novedoso de esa tienda es que puedes escoger el color, el tipo de cuero y el modelo.
En cuanto a las joyas que lucieron los novios, resulta interesante mencionar que el anillo de compromiso era exactamente como la novia lo había soñado, de oro blanco con cintillo de brillantes, pero lamentablemente, un día que iban atrasados al trabajo, lo perdió. Disponía a ponerse crema en las manos, por lo que se sacó el anillo, y los lomos de toro de la calle desconocida en la que iban incidieron negativamente para que la joya desapareciera sin dejar rastro.
Las argollas de matrimonio fueron un regalo de la madre de la novia, Adela. Por esa razón, tienen un valor muy especial, especialmente para Marcela. Pero también, porque al no tener el anillo de compromiso, la argolla de la novia fue hecha con el mismo cintillo de brillantes que tenía el anillo extraviado. Ambos anillos fueron elaborados por Gerardo, un orfebre independiente que hace un trabajo de gran calidad y a muy buen precio.
Ceremonia
La ceremonia religiosa se llevó a cabo en la Iglesia San Francisco de Borja, es una iglesia pequeña, pero con una arquitectura destacable. La novia entró del brazo de su padre, y sosteniendo un ramo de flores de color blanco, morado y rosa confeccionado por Marie Claire Diemer de L’Orangerie, caminó hasta el altar para encontrarse con el emocionado Alejandro, que la esperaba ansioso para dar el sí.
Hay momento en la vida que quedan por siempre en el corazón y la memoria, uno de los más emotivos para los novios fue el instante exacto en que el padre los declaró marido y mujer; “…es una sensación mágica, que en tan sólo un par de segundos te hace recordar todos esos años de relación, todas las historias vividas como pareja, desde ese primer beso hasta el ansiado “Sí, acepto.”” (Marcela 2017)
Al salir, una lluvia de pétalos de los mismos colores del ramo de Marcela, les dio la bienvenida a esta nueva vida, felices los recién casados sellaron el momento con un beso y se dirigieron a inmortalizar su boda en su sesión fotográfica.
En las dependencias del Hotel Manquehue, el profesional a cargo Wieslaw Olejniczak plasmó con talento la esencia de Marcela y Alejandro, la dulzura de ella y el carisma de él, su romanticismo, entrega y por, sobre todo, amor. Para escogerlo, a los novios les llamó la atención sus más de 10 años de experiencia en fotografía editorial y publicitaria, y sus trabajos para diseñadores y tiendas reconocidas en el mercado;
“Sin duda, sentimos que fue la mejor opción haber escogido a Wieslaw Olejniczak, es un fotógrafo profesional, muy preocupado de su trabajo, responsable, y lo más importante es que capta los momentos precisos que permiten tener un recuerdo inolvidable de uno de los momentos más importantes de tu vida…” (Marcela y Alejandro 2017)
Celebración
Mientras los invitados iban llegando a la celebración en el Salón Rapallo del Hotel Manquehue, iban siendo fotografiados por Ideas Creativas, una interesante alfombra roja VIP que no dejó a nadie indiferente. Posteriormente, se entregaron impresas las fotos con un marco en el que, al final de la fotografía, aparecía una caricatura de los novios y además contaban con imán, para que los invitados se llevaran la foto como recuerdo.
También se les solicitó a Ideas Creativas la confección de la distribución de las mesas, los números de las mesas, y el telón ubicado en la alfombra VIP, todos ambientados con las caricaturas de los novios.
Luego del banquete, el brindis y los discursos, los novios decidieron, repentinamente sorprender a los presentes con un baile especial, un mix de antología que comenzó con una romántica canción de Ed Sheeran, para continuar con otros temas bailables, como Nene Malo, A Caballito de Palo, Danza da Manivela, Sopa de Caracol, entre otros. La coreografía fue creada por la novia, e intentó hacer pasos simples para que a Alejandro no le costara seguirle, él hizo su mayor esfuerzo para lograr un baile entretenido, y en verdad, fue un momento memorable, ¡sorprendiendo a todos los invitados!
Una de las mejores anécdotas fue, claramente, la preparación del baile especial, puesto que como ya lo habían mencionado, Alejandro no es muy talentoso bailando. Durante tres días ensayaron sin parar la coreografía, incluso unos días antes del matrimonio, pasaron una noche en las Termas El Corazón, lo que se suponía que sería una salida para relajarse, pero no cumplió tal objetivo, ya que ensayaron a cada momento y en cada lugar donde se podía, desde las piscinas termales, hasta diversos espacios comunes, hasta que llegó el día. Durante el matrimonio, Alejandro se veía cada vez más nervioso, nadie sospechaba que la razón era precisamente el famoso baile especial;
“… hasta el último ensayo del día anterior se descoordinaba y hacía los pasos al revés, sin embargo, y por alguna extraña razón, salimos a la pista y, por primera vez, Alejandro pudo hacer la coreografía sin ir para el lado contrario, jajaja. Creo que muchos recuerdan ese baile, ya que nadie esperaba vernos bailar.” (Marcela 2017)
Ahora era el turno del vals, Marcela bailó con su querido abuelo mientras todo parecía que dejaba de existir y solo eran ella y él. Los invitados quedaron atónitos, el cariño y amor entre ellos se había esparcido y todos lograron sentirlo. Para Marcela, ese vals significó cumplir un sueño que tenía desde pequeña y que hoy se ha convertido en uno de sus más hermosos recuerdos, ya que al poco tiempo, su abuelo, el querido “Tata Lucho”, emprendió su partida al paraíso.
Para ayudar en la animación de la fiesta, contrataron al Negro Kako, un show súper completo que cuenta con baile entretenido con dos bailarinas, animación interactiva para la liga y el ramo de la novia. Los recién casados disfrutaron con cotillón y la novia se lució bailando gracias a sus zapatillas que la acompañaron, cómodamente, toda la noche.
Indudablemente un matrimonio original y por sobre todo muy divertido. ¡Felicitaciones Alejandro por el baile, se necesita coraje y una novia como Marcela que, con amor, todo lo logra! Muchas felicidades y gracias por compartir su matrimonio.
Centro de eventos: Hotel Manquehue | Partes de matrimonio, Alfrombra roja y Otros: Ideas Creativas | Caricaturista: Rodrigo Boettcher | Maquillaje y Peinado: Constanza Concha | Tocado de la novia: Punto Clave | Velo de la novia: ProNovias | Vestido de novia: Novias Mint | Zapatos novia: Casablanca | Zapatillas novia: De Novias, Vestidos de Novias Chile | Traje novio: Sastrería Luis Nava | Camisa y Colleras: Rubinstein | Zapatos novio: Ralton | Anillos de matrimonio: Orfebre Gerardo | Ramo de flores: L’Orangerie | Fotógrafo: Wieslaw Olejniczak | Animación fiesta: Negro Kako
Selecciona a los proveedores que quieres contactar
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Comentarios (10)
Danos tu opinión