¿Ya sabes cómo podrían llegar ambos a la iglesia? ¿Arriba de un vehículo vintage? ¿En un caballo si son valientes? ¿En bicicleta si no se cansan? ¿O en patines si quieren divertir a sus invitados? La respuesta tradicional seguramente sería en un auto y en una limusina de preferencia, pero basta un poco de imaginación para romper las reglas de lo establecido y así transformar tu boda en una celebración distinta, y no teniendo que recurrir a un montón de artimañas para conseguirlo. ¿Te atreves entonces con algo realmente original?
Ya se han visto parejas saliendo de la ceremonia en moto y se ven muy bien, explayados y dignos de copiar. No obstante, y antes de que te vayas a trepar sobre esos monstruos, si te atreves, debes de considerar dos asuntos de vital importancia, uno de ellos es el vestido. Si es muy abultado, puede resultar totalmente engorroso disfrutar de la velocidad si tienes una cola larga que además debes sostener, cuidando de que no se te enganche en las ruedas, pues de ser así, en vez de tener luna de miel, tendrán que ir a guardar reposo a un hospital, y lógicamente esa no es la idea.
Lo otro que tienes que tomar en cuenta es tu calzado. Si llegas a huir con tu amado en una de las que rugen más fuerte, trata de llevar un par de botas que sirven bastante para prevenir algún esguince o fractura. No es que tengamos la intención de alarmarte, al contrario, queremos prevenirte y ponerte en sobre aviso respecto a que en otros países están muy a la vanguardia, ¡y te vendrían genial en este frío invierno!
Ahora, si decides pilotear una bicicleta, sería ideal que fuese sin tanto tránsito encima, aunque tal vez así pases menos desapercibida y llegues a ser recordada como la novia que transitó en una. Quién sabe y llegues a inspirar a algún cineasta o escritor, o que te conviertas en leyenda a causa de tu bici y el vestido. Y es que no todos los días vemos a una chica de blanco pedaleando para casarse; por eso mismo, anímate y considera arrendar, comprar o reparar la que ya tienes, decorándola como prefieras.
En ocho o más ruedas, también podrías llegar, patinando. Tú y tus damas de honor o con tu madrina si no tienes un ajuar de amigas que te ayuden con los detalles de la fiesta. Eso sí, traten de practicar antes para evitar escenas indeseadas como caerse y arruinarse el vestido, las piernas y los codos.
Otra alternativa es casarte en el campo y cabalgar en caballo hasta la boda, para no ser tan típica de hacerlo en un carruaje como Cenicienta. En caso contrario, una carreta también puede ser una muy buena opción si el estilo del matrimonio llegase a ser campestre. Los vehículos, en tanto, siguen siendo los preferidos por la gran mayoría. Los de época lideran el ranking.
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