Ornella y Gonzalo se conocieron en la universidad de Valparaíso, habían entrado a estudiar bioquímica en la PUCV. Gonzalo era de la región, pero Ornella venía de Calama y estaba muy contenta y entusiasmada por su cambio de vida, su ciudad natal no era muy grande ni entretenida. Ambos venían a vivir nuevas experiencias y conocer gente nueva. Se vieron por primera vez en las reuniones de compañeros nuevos y se gustaron inmediatamente, sin haber cruzado palabra alguna, ¡el amor fue inmediato e inevitable!
La primera vez que hablaron fue para el paseo mechón, de ahí en adelante empezaron una amistad que escondía sutilmente sus emociones. Ambos tenían otras intenciones, pero en ese momento ninguno de los dos conocía aún los sentimientos del otro. Finalmente, se dieron su primer beso el 1 de mayo y 23 días más tarde, empezaron formalmente a pololear. Desde ese momento nunca más se separaron, pasaron toda la carrera uno al lado del otro y juntos se titularon.
Después de 7 años de noviazgo, Gonzalo preparó un viaje sorpresa a la región de donde procedía Ornella, reservó un hotel en San Pedro de Atacama con una vista increíble al cielo y bajo las estrellas, escuchando música andina que le encanta y evoca recuerdos, el futuro novio le pidió matrimonio a Ornella. Al día siguiente, partieron juntos a Calama a contarle a toda la familia de la novia que se iban a casar y así, comenzaron a planear su matrimonio en Olmué.
Preparación de los novios
Llegó septiembre y con él, la boda de Ornella y Gonzalo. Ese día, la novia fue directamente al Salón de Belleza Géminis, donde Georgina Moreno la peinó y maquilló. Le recogió el pelo con unas trenzas que iban por encima de las orejas hasta el moño, le pintó los labios color rosa intenso y los párpados oscuros. Le brindó un servicio excelente, con prueba de maquillaje y peinado un día antes de la boda. Estuvo allí casi 4 horas y salió lista y bella, preparada para su gran día.
Ya en Olmué, la mamá de Ornella la ayudó a vestirse. Su vestido blanco era un modelo Audrey de Novias Mint, muy elegante, de escote en V y marcado a la cintura. Los zapatos que escogió se basaron en la comodidad que necesitaría tener en su día, con plataforma y de taco chino. El ramo de novia fue un regalo de su tía, tenía un estilo artesanal muy lindo, con muchos tulipanes rosados, para estar a tono con los colores de la boda.
El novio, por su parte, sin tener ningún contacto con su futura esposa, vistió un terno azul oscuro, un chaleco formal del mismo color, camisa blanca, corbata gris y zapatos negros. Las joyas que los novios lucieron fueron sus anillos de matrimonio de oro blanco, la novia también se puso unos aros pequeños y elegantes y el anillo de compromiso de oro blanco con brillantes de Joyas Barón.
Con la novia feliz, hermosa y lista para dar el sí, ella y su papá se subieron al auto con dirección al altar.
La Ceremonia y la bendición de argollas
La ceremonia fue civil y se llevó a cabo en el Club de Campo Pelumpén donde posteriormente se realizó una bendición de argollas. Todo fue muy emocionante, rodeados de naturaleza la ceremonia se realizó al aire libre en un altar con flores y una ambientación encantadora que estuvo en manos del mismo Club de Campo Pelumpén, donde recibieron una excelente atención.
Olmué es un lugar bastante frío y septiembre aún es un mes fresco. A la hora de la ceremonia empezaron a bajar las temperaturas y la novia no llevaba abrigo para poder lucir mejor su vestido. Afortunadamente, estaba presupuestado que la ceremonia no durara más de 10 minutos y la bendición de argollas media hora, un tiempo que la novia pensó poder resistir. Sin embargo, todos estaban muy emocionados…
“… Pero la señora se entusiasmó y habló como 20 minutos, y yo casi muero congelada. Sin embargo, nadie lo notó. Siempre digna, y antes muerta que sencilla”. (Ornella 2016).
Y así, rodeada de flores, amor y estilo, la ya casada Ornella y su marido, se dirigieron a la sesión de fotos con Pilar Jadue, ¡las fotografías son espectaculares! La naturaleza, los colores, los recién casados y el talento implacable de la fotógrafa, hicieron de estas fotos recuerdos inolvidables de una boda de primavera al aire libre.
El banquete y la celebración
Todo se veía realmente perfecto, en una gran pizarra daban la bienvenida a la celebración del matrimonio de Gonzalo y Ornella, las mesas estaban decoradas excepcionalmente, teniendo como color principal el ya mencionado rosa. El Club de Campo Pelumpén, además de haberse hecho cargo de la decoración, también organizó el banquete, el catering y el delicioso buffet de postres que fue todo un éxito, gracias a la variedad y diversidad de colores con que fue presentado.
La torta de los novios era de tres pisos, blanca y con unas ramas con hojas verdes y flores rosadas, donde se encontraban dos figuras que parecían una pareja de pingüinos, ella con un pequeño sombrero rosado, el color de Ornella.
Llegó el momento de la música y la danza, para el baile de los novios eligieron una canción más moderna y no el clásico vals. Los novios aseguran que Gonzalo no es muy bueno dejándolo todo en la pista de baile, tanto es así que era el tema que más lo estresaba del matrimonio, por lo que eligieron “Everything” de Michael Bubblé. Y al compás de esta dinámica elección, los recién casados pusieron con éxito en práctica sus largas horas de ensayo. Después de este momento, la novia bailó con su padre y los invitados se fueron uniendo al ritmo de la música, las emociones y el buen ambiente.
Se conocieron y se enamoraron al instante, Ornella y Gonzalo pasaron sus mejores años uno al lado del otro y están preparados para seguir disfrutando y construyendo una vida juntos, haciendo de la vida del otro, una existencia llena de romance, amor y color, ¡igual que su matrimonio! Muchas gracias por compartir su historia, ¡felicidades!
Peinado y Maquillaje: Salón de Belleza Géminis | Traje de novia: Novias Mint | Centro de eventos: Club de Campo Pelumpén | Fotografía: Pilar Jadue | Anillo de compromiso: Joyas Barón
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