Esta historia de amor partió exactamente el 18 de febrero de 2012, en una entretenida e inolvidable pool party en Mantagua. Pamela y Francisco fueron por un amigo en común pero nunca antes se habían visto. Hablaron todo el día, hasta que oscureció y llegó el momento de irse, Francisco le ofreció llevarla a la casa y por supuesto, quedaron en volverse a ver. Pamela no perdió el tiempo y apenas entró a su casa, se consiguió el número de teléfono de Francisco con su amigo en común. Le escribió agradeciéndole que la hubiese llevado y en general por la buena onda. Como era de esperarse, desde ese momento, nunca más dejaron de verse, entre viajes, escapadas, sueños, proyectos y sobre todo amor, decidieron comprar un departamento en Valparaíso. Pancho es de Santiago pero radicado en Limache, y la hermosura de Valpo los hacía encantarse con la idea de vivir ahí.
Se mudaron en junio de 2015, el pasar de los meses solo corroboraba el tremendo amor que tenían e iba creciendo aceleradamente. El día 9 de octubre, pasados solo 3 meses desde la mudanza, mientras se tomaban un agradable vino en la terraza, Pancho sacó un anillo y Pamela quedó en shock sin poder creerlo, ¡es que jamás se lo había imaginado!
La boda la fijaron para el 29 de octubre de 2016, exactamente un año para planear todo con tranquilidad, pero estaba tan entusiasmados que en un momento de locura colectiva pensaron, ¿para qué esperar un año si pueden hacerlo antes? ¡Dicho y hecho! Buscaron el lugar donde celebrarían el matrimonio y justo tenían disponible el día 12 de marzo, sin pensarlo dos veces, ambos supieron que esa era su fecha y así adelantaron el matrimonio, y organizaron todo en 5 meses.
“…nos casamos el 4 por el civil y el 12 de marzo en una bella ceremonia para tener la bendición de Dios, fue el mejor día de nuestras vidas! Hoy llevamos casi 8 meses de amor!!!” (Pamela 2016)
Preparación de los novios
Ese sábado tan esperado, la novia radiante de felicidad comenzó su preparación en manos del estilista Nelson Wonka. Para el peinado, le onduló el pelo y lo sujetó de un lado con un tocado de flores. La idea era cubrir con un pequeño velo de malla muy vintage de los años 50 el lado del rostro donde el pelo estaba amarrado y donde brillaban sutilmente los aros. El maquillaje le dejó los labios perfectamente delineados en color burdeo y los ojos negros y penetrantes.
Su vestido de Lupe Pavéz era un extraordinario modelo strapless de escote corazón. Con mucho estilo y los accesorios perfectamente escogidos, la novia evocaba recuerdos de otra época y nos deslumbraba con sus uñas multicolor, que combinaban a la perfección con el ramo de flores azul, verde, morado y rosado de la emblemática Florería Jardín Esmeralda. Sus zapatos, un modelo fabricado a mano de Gaytán de Lorena Hinojosa con terraplén, lucían los mismos característicos colores, esta vez blancos, con morado y rosado.
Por su parte, el novio vestido con un terno negro con azul y camisa blanca con botones negros, combinaba excelentemente con el estilo de la novia y la boda. Todo estaba divinamente bien organizado para un matrimonio lleno de estilo y personalidad
Ceremonia y Sesión de fotos
Los novios llegaron a casarse al Club de Golf Huinganal al aire libre y en un pintoresco altar, ambos se entregaron en matrimonio, sabiendo que esto era solamente el comienzo de una maravillosa y entretenida vida juntos. Ante la mirada de ambos y de los presentes, leyeron sus votos, mientras pasaban por delante, sigilosas e inadvertidas, las ilusiones y sueños que tenían el uno con el otro, siempre juntos… Y sus argollas de matrimonio de Victoria Alonso Joyas, eran bellísimas, en la tienda los incluyeron en todo el proceso, desde fundición del material hasta el producto final.
La sesión de fotos fue llevada a cabo por el fotógrafo Niko Serey, se les ve radiantes y elegantes en un Chevrolet sedan del año 1951, color burdeo. También en una avenida, rodeados de naturaleza y matices luminosos, tal y como ellos siempre se han visto. Niko fotografía con talento y originalidad lo esencial de esta pareja de enamorados, lo que los ha impulsado a hacer realidad todos sus sueños, el amor en su forma más esencial, donde los colores resultan primordiales para una correcta puesta en escena.
Celebración
Desde el brindis todo estuvo muy entretenido, emocionante y memorable. Los discursos y palabras especiales hicieron llorar y reír, pero todo era estrictamente necesario, no había otra manera de celebrar tanto, tanto amor, tanto estilo, tantos colores, tantos buenos amigos y tan indispensable familia.
En medio de un interminable buffet de postres, los recién casados procedieron a cortar la torta de 5 sabores que mandaron a hacer en Dulcería San Luis. Cada piso de un sabor diferente, habían muchas opciones para disfrutar de una excepcional recepción.
Los novios quedaron muy contentos y agradecidos por haber tenido la oportunidad de celebrar esta unión junto a sus más queridos, en sus corazones atesoran lo momentos únicos que les brindó esta ocasión, como ver a las solteras impacientes por agarrar el ramo. Y como no podía faltar lo indispensable, un kit de caña como regalo a los invitados para que no se olviden nunca del matrimonio de Pamela y Francisco ¡felicidades novios!
“…me propone juntar nuestras vidas por siempre, yo sorprendida porque jamás pensé que ese era el momento perfecto, pero uno cuando no planea las cosas y te dejas sorprender, llega todo lo que siempre quisiste…” (Pamela 2016)
Peinado y Maquillaje: Nelson Wonka | Ramo de flores: Florería Jardín Esmeralda | Vestido de novia: Lupe Pavéz | Zapatos novia: Gaytán |Fotografía: Niko Serey | Argollas de matrimonio: Victoria Alonso Joyas | Torta: Dulcería San Luis | Centro de eventos: Club de Golf Huinganal
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