Hace sólo 30 años, cuando mis padres se casaron, tanto hombres como mujeres tenían que casarse para irse de sus casas. Esto es muy diferente a lo que sucede actualmente, ya que las parejas pueden escoger libremente el destino de su relación. Lo curioso es que, “así y todo”, muchas siguen eligiendo vivir en matrimonio. La pregunta es: ¿por qué lo seguimos haciendo? ¡Te lo contamos en la siguiente nota!
El casamiento como un “contrato social”
Durante años los matrimonios eran parte de una obligación, dicho en otras palabras, una imposición social. Hace tres décadas las mujeres chilenas se casaban aproximadamente a los 24 años, a diferencia de los hombres, que decidía esperar unos añitos más y hacerlo a los 27. “El gran paso” se daba luego de terminar los estudios universitarios, y convivir era sólo para algunos osados que no respetaban el canon de la época. Actualmente la edad se retrasó, ellos prefieren hacerlo a los 35 años, mientras que las mujeres a los 32, es que “llegar al altar” ya no es un acto conservador. Se trata de una decisión madura y consensuada por dos personas que no temen legalizar por medio de un papel lo abstracto de los sentimientos.
Descubre el pasado, presente y futuro de los matrimonios
El matrimonio, ¿el camino a la felicidad?
Quién ha dicho que “la vida de casado es aburrida” o que es “la tumba del amor y la pasión”, incluso que “todo se vuelve rutinario”. A diferencia de lo que indican los chistes populares, cada vez son más las investigaciones que demuestran los beneficios de estar casado. Este tema llamó la atención de cientos de científicos a la lo largo de todo el mundo durante varias décadas, y para sorpresa de muchos, llegaron a la misma conclusión. Entre algunos de sus beneficios, el matrimonio brinda una vida más saludable, duradera e incluso actúa como una eficaz medicina natural.
El último estudio publicado por el National Bureau of Economic Research apoya la teoría al afirmar que las parejas más felices son aquellas en la que los esposos son también mejores amigos. Lo creas o no, quedó demostrado que las personas que tienen una amistad cercana con su cónyuge, tienen matrimonios mucho más estables, largos y satisfactorios que aquellas que consideran a su pareja simplemente eso. La razón es muy simple: un matrimonio estable es capaz de proveer el sustento necesario para afrontar las diferentes adversidades a las que nos enfrenta la vida, especialmente en los periodos de estrés, como la crisis de la mediana edad.
Se te pasa el arroz…
Sin importar lo que pueda llegar a pensar la abuela, el matrimonio no es un tema de edad. No se trata de hacer todo a las apuradas o aprovechar el “último tren” con un supuesto camino a la felicidad. Se trata, nada más y nada menos, que de la simple evolución de la vida. Las cosas que queríamos y pensábamos a los 20 no son las mismas que a los 30. De alguna manera la vida nos indica que necesitamos pasar a un próximo nivel. Como cuando vivimos junto a nuestros padres y necesitamos independizarnos o hacer el último gran esfuerzo para dejar de ser estudiantes y convertirnos en profesionales. Es algo interno que nos demuestra que estamos preparados para dar el gran paso. Porque el cambio es parte de la vida y es tan natural como necesario.
El verdadero significado de amar
Para la Real Academia Española amar es “tener amor a alguien o algo”. Para mí, aunque suene un poco cursi, es más que eso. Es ese sentimiento que surge, cuando un día cualquiera, te das cuenta de que la persona que tienes a tu lado es con la que quieres pasar el resto de tus días. Es esa sensación de tener los sentimientos a flor de piel y el deseo de querer “algo más”. Se trata de algo invisible, que sin darnos cuenta, cultivamos todos los días y tiene un poder asombroso. Como le dijo Billy Crystal a Meg Ryan en la película Cuando Harry conoció a Sally: “Cuando te das cuenta que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, quieres que el resto de tu vida empiece lo antes posible”.
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Una vida larga y estable
¿Sabías que la tasa de mortalidad entre los hombres solteros es 250% más alta que entre los hombres casados? Pero eso no es todo, el matrimonio también ayuda a tener un corazón más sano. Según un estudio realizado en Finlandia, vivir en pareja es un factor que reduce el riesgo de sufrir infartos de miocardio en hombres y mujeres de todas las edades. Como si fuera poco, los hombres casados tienen menos probabilidades de padecer sobrepeso y enfermedades relacionadas con él, así lo demostró una investigación realizada por la Universidad de Yokohama, Japón.
¿Otro aspecto positivo? Al casarnos logramos una estabilidad personal y financiera. Pensémoslo así, es mucho más fácil administrar la economía familiar de a dos. Juntos es más fácil diferenciar cuáles son las prioridades de la pareja y evitando así gastos innecesarios, y lo que es aún mejor, prevenir posibles deudas. Es una gran oportunidad para invertir de manera cociente en un futuro mejor.
¿Casarse o convivir? ¡Descubre por qué el matrimonio es mejor!
Juntos es mejor (y casados ni te cuento)
El hombre es un ser social, necesita de la compañía del otro para vivir. Está demostrado que el ser humano no podría sobrevivir en un entorno solitario sin nadie con quién compartir su vida. Por eso, todo es mejor si estamos junto a nuestra media naranja. Se trata de un feedback, dar y recibir para completar el círculo. De esta manera es más fácil afrontar los problemas, cicatrizar la heridas y aprender juntos de los errores. En definitiva, compartir nuestra vida con alguien le otorga un “valor agregado” al día a día.
Formar una familia
En nuestro país, sólo en el primer semestre del año pasado, se han celebrado 34.789 casamientos, datos que corresponde a poco más del 54% de todos los registrados en 2015. Aunque por otro lado, la cantidad de niños que nacen fuera del matrimonio supera en más del doble a los que nacen dentro de éste, con 92.188 registros versus 34.733, según cifras entregadas por el Registro Civil de los primeros seis meses del 2016.
En contraposición a estos datos se encuentran la investigación realizada en Reino Unido por los científicos Stephen McKay, de la Universidad de Lincoln, y Harry Benson, de la Marriage Foundation, quienes concluyeron que el 24% de las parejas que decidieron establecer su hogar primeo y luego tener un hijo se divorciaron, mientras que la cifra subió al 56% en aquellos casos que primero tuvieron un niño y luego unieron sus vidas. El estudio nos brinda la posibilidad de realizar diferentes conclusiones, pero una de ellas es la más interesante: para formar un hogar hace falta un verdadero compromiso por parte de la pareja, pero tener un hijo no tiene que ser el motivo para que la unión se produzca. Por otro lado, el matrimonio sigue considerándose el entorno más sano y estable para formar una familia.
Ser una mejor persona
Dicen que las relaciones funcionan de verdad cuando dos personas aprenden de este vínculo. El matrimonio es una manera de practicar la tolerancia, el respeto y de aceptar al otro tal cual es. Busca a alguien que te ame, te cuide y te ayude a descubrir la mejor versión de ti misma. Sin ninguna duda, eso te hará una mejor persona.
Y ahora que ya sabes por qué nos seguimos casando ¡Descubre por qué discutir con tu pareja es bueno!
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