Restaurant con sabor a cantina es lo que tienen para ofrecer Bravo Cabrera.
Bravo Cabrera era respetado, por varios temido, y por muchos admirado. Bravo Cabrera lo llamaban, porque si quería comer debía ser en grande: era bravo cuando buscaba el mejor animal que robar y bravo al momento de gozarlo. Bravo Cabrera lo llamaban y la tierra temblaba cuando decía: Venga preparado para el patache, la tomatón y el bailongo. Desde ese día robó y compartió. Y se hizo conocido entre los jaraneros por las memorables fiestas que organizaba, con los botines que conseguía. Así nace el restaurant que lleva su nombre.
Frente al lago Llanquihue y con la majestuosa vista del volcán Osorno, los comensales disfrutan de una cocina rústica, que destaca los productos y las técnicas de cocción auténticas del sur de Chile. Además encuentran variadas cervezas nacionales, artesanales y extranjeras, y una gran carta de vinos con más de 60 etiquetas, para complementar una excelente experiencia gastronómica.
En un ambiente acogedor, si gusta frente a la chimenea, podrá disfrutar de un servicio amable y preocupado de que coma muy bien y se lleve el mejor recuerdo, tal como lo hacía Bravo Cabrera.