La casona que acoge a De Pablo a Violeta es una muestra vigente de la arquitectura que se usó en las primeras edificaciones en Chile: adobe, con muros de 90 centímetros de ancho, pisos y techumbres de madera y enrejados en puertas y ventanas. Sin duda un estilo rústico y colonial que enmarca la historia y personalidad del lugar que durante un poco más de 100 años, su estructura ha sobrevivido a los temblores gracias a la nobleza de sus materiales.
Los sonidos, aromas y sabores que hoy recorren a De Pablo a Violeta encontraron un hábitat natural en los pasillos, las habitaciones y los patios de esta histórica casona de la ciudad de Santiago y si buscas un lugar con personalidad, estilo e historia para celebrar, pues has llegado al correcto.
La casona está adaptada completamente para recibir más de 200 visitantes que buscan vivir una auténtica experiencia multisensorial a través de sabores, sonidos, aromas, colores y emociones de su rica y diversa geografía.