Para algunas mujeres la maternidad es el fin último y su propósito de vida en la tierra; sin embargo, para muchas otras, esta decisión aún no la tienen muy clara. Puede que sus prioridades sean otras, o que primero quieren desarrollarse en el ámbito laboral o sencillamente no sienten mucha afinidad con los bebés.
Si tu caso es el segundo, no debes sentirte culpable. ¡No eres la única que pasa por eso! Hay muchos signos que pueden ayudarte a determinar si estás lista para tener hijos o DEFINITIVAMENTE debes esperar un poco. ¿Lista?, ¡allá vamos!
¿Cómo elegir el nombre de nuestros hijos? ¡Ideas para escoger el nombre de tu bebé!
1. Cargar a un bebé en los brazos te resulta un momento aterrador.
2. Si por alguna razón logran convencerte de sostener a uno, éste queda torcido e incómodo. No sabes qué partes sujetarle y al final todo tu cuerpo está adolorido por la mala posición que asumiste.
3. Desde el momento en que lo tomas, el bebé no puede dejar de llorar.
4. ¿Hablar con niños?, ¿cómo se hace eso?
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5. El imitar esa voz “pequeña” que suelen hacer algunos padres con sus hijos, definitivamente no es lo tuyo.
6. Además, encuentras que esa voz no es nada graciosa y sientes pena ajena por quienes la hacen.
7. No puedes escuchar, y mucho menos cantar, canciones infantiles. La simple idea te genera náuseas.
8. Evitas hacer contacto visual con niños en público, no sea que alguno te salude o te hable y tengas que responderle de vuelta con algún gesto “lindo”.
9. Tu prioridad es desarrollarte profesionalmente. Todos tus esfuerzos están enfocados en alcanzar tus metas laborales.
10. Cuando buscas una pareja, no piensas en el “potencial” que puede tener para ser un buen padre.
11. La maternidad no es lo tuyo, tanto así que hasta las plantas de tu hogar no sobreviven lo suficiente.
12. Dejas de seguir a personas en las redes sociales sólo porque suben demasiadas fotos de sus hijos.
13. Te rehúsas a gastar tu dinero en pañales, habiendo mejores cosas en que invertirlo.
14. ¿Disney Channel?, ¿Cartoon Network? Desconoces si existen en tu televisión por cable.
15. Nunca te has ofrecido a cuidar a los hijos de tus amigos.
16. Cuando alguna amiga te cuenta que está embarazada, inmediatamente pones cara de desconcierto y piensas “¿de verdad?”.
17. No puedes adivinar la edad que tienen los niños. Para ti todos lucen igual, al menos hasta que llegan a la adolescencia.
18. No tienes un tiempo estimado para tener un bebé. No los has planeado aún, ni siquiera lo has considerado.
19. Las reuniones familiares te resultan una lata cuando hay niños pequeños. ¡Puede darte un ataque de nervios por ellos!
20. Si un niño hace un escándalo en público, agradeces al universo por no ser la madre de ese pequeño.
21. Y además te molestas con los padres porque no saben cómo lidiar con su hijo.
22. En Instagram te resultan más adorables las fotos de perritos y gatitos que la de los bebés de tus colegas o ex compañeros de curso.
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23. No te da vergüenza decir “qué feo ese bebé” al ver la foto de un recién nacido.
24. Te molesta cuando tus parientes comienzan a hacer preguntas sobre cuándo tendrás tus propios hijos.
25. No eres fanática de las reuniones en las que hay que hacer de “niñera” y cuidar a los bebés de tus amigos.
26. Cuando alguien te dice “cuando seas madre, lo entenderás”, es una frase que te da escalofríos en todo el cuerpo.
27. No crees poder encontrar el significado de la vida en el hecho de amamantar a un bebé.
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28. Tienes un perro por el simple hecho de que te gustan los animales. Nunca lo has visto como una forma de “practicar” para cuando tengas un hijo.
29. Dormir es una de tus prioridades irrenunciables en la vida. Y no pretendes abandonarlo.
30. No quieres tener un niño porque tu aún ¡te consideras uno!
No hay nada malo en no estar lista para tener hijos. Lo importantes es que tú sepas cuándo estarás lista y lo hagas a tu momento y porque quieres; no porque la sociedad te presiona porque ya tienes “cierta edad” o demasiado tiempo con tu pareja. ¡Hazlo cuando sientas que vas a ser feliz con tu decisión!
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