Muchos esperan con ansias que llegue ese esperado día, mientras que otros caen en algunas inseguridades y les da un poco de miedo dar ese paso, situaciones que son normales bajo una situación de estrés. Pero no debemos dejar pasar que más de algún novio o novia, se ha echado para atrás, como la gran Julia Roberts en Novia a la fuga, Hugh Grant en Cuatro bodas y un funeral o Jennifer Aniston (Rachel Green) en Friends. Lo que hoy te queremos contar es más complicado que una película, es una situación que paso en la vida real pero que terminó con un gran final, aunque no lo creas sí fue un gran final.
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La protagonista de esta historia es Sarah Cunnings y un chico, de Indianápolis (Estados Unidos), ambos deciden comprometerse en esta relación y llegar al altar. Pero cuando la fecha de acercaba, Sarah decidió poner fin a su relación ¡una semana antes del matrimonio!
Luego del caos de la cancelación de la boda y todos los compromisos contractuales que esto conlleva, una de las cosas más complejas en ese momento era la banquetera, ya que no había ninguna posibilidad de reembolso, y esa comida no se podía perder, ya que los que hemos estado en esa situación o hemos tenido que ayudar a algún amigo a ver los menú para una boda sabemos que son de alto costo, entre $20.000 a $50.000 por persona (dependiendo del menú) Por lo cual, Cunnings no iba a dejar que las albóndigas con salsa de Bourbon o las brochetas al ajillo se perdieran.
Sarah junto a su ex decidieron entregar la comida a las personas sin hogar y los veteranos de guerra, gente que la disfrutaría de verdad. “Para mí fue una oportunidad para decirles a estas personas que ellos merecen estar en estos lugares tanto como otros”, explicaba Sarah al Indianapolis Star.
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Gracias a este noble gesto, estas personas pudieron disfrutar de este exquisito banquete en el lugar que estaba destinado para la boda, el fantástico Ritz Charles de Carmel, en Indianápolis. Cabe destacar que este espacio de lujo se encontraba decorado con los mismos elementos que la pareja utilizaría el día de su boda, el cual albergó a 170 desamparados que disfrutaron dichosos de la ocasión e incluso las propias damas de honor recibieron a los invitados.
Aquí el vídeo de la historia vía Indianapolis Star:
Quién iba a pensar que de una decisión tan difícil para una pareja podría haber salido un gesto tan noble que le dio un momento mágico a un centenar de personas. Sin duda, un gran ejemplo a seguir fue el de esta pareja de Indianápolis.
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