¡Llegó el momento! Te casas o más bien, se casan, vas unir tu vida a la de tu amor para siempre y aunque tienes tu cabeza llena de muchos pensamientos sobre los preparativos del gran día, también llega un momento en el que comienzas a reflexionar. Reflexionas sobre todo, sobre las etapas que estás a punto de culminar, ya dejarás de vivir un estilo de vida y comenzarás a vivir de otra manera. De eso se trata la vida, de quemar etapas, de iniciar caminos, y, sino te ha sucedido, te puede suceder, llegarán muchas dudas a ti y aquí te contamos si es normal o no que comiences a pensar si casarte fue la mejor decisión.
Wedding is coming…
Llegó el gran día y puede que pienses: no vamos a experimentar ningún cambio, ya vivimos juntos hace tiempo, ya saben convivir en pareja, el matrimonio no supondrá ningún cambio… Sin embargo, quiero decirte que sí experimentarán cambios, sobre todo a nivel emocional y social.
Un cambio en nuestro estado civil es un hito que da paso a una nueva era: aunque no lo creas es un hecho, pasas de ser soltero a ser casado. Y aquí es cuando pasa algo que resulta común, cuando nos enfrentamos a acontecimientos grandes, importantes o de gran magnitud, nos enfrentamos también a los miedos, incertidumbres e inseguridades que acompañan cada decisión. Ante una situación así nos replanteamos absolutamente todo. Empiezan las preguntas cómo ¿estoy preparado? ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Estoy haciendo lo que realmente quiero hacer? Sin embargo, debes saber que esto es completamente normal. Identifica si él ¿puede ser tu compañero para toda la vida? ¡Descúbrelo!
¿Por qué dudamos?
Dudar no quiere decir que no estemos seguros de algo. Las dudas son normales, porque si hacemos un análisis entendemos que estas están presentes en cada decisión que tomamos, desde la ropa que vamos a utilizar, hasta los temas más cruciales de nuestro día a día. Dudar, muchas veces es más una tradición, puede sonar paradójico pero es la verdad, cuando vamos a dar un gran paso en nuestra vida, solemos dudar, aunque estemos seguros desde el principio de nuestra decisión final, la duda se convierte como en un trámite que debemos tener, un paso para luego estar completamente convencidos de que lo que escogimos es lo mejor.
¡Nada de estrés! Si, a pesar de todo, sigues dudando, lo primero que debes hacer es tranquilizarte y tomar el camino de la comunicación con tu pareja. Si las dudas persisten, puede que estas tengan un origen diferente y lo mejor que puedes hacer es abrir tu corazón y plantearle a tu pareja lo que te sucede. Esto los ayudará a seguir creciendo en su relación.
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¿Dudas o reflexión?
Hace poco alguien me decía que los cambios solo traen cosas buenas, que no les debemos tener miedo pues son la antesala a todas las cosas increíbles que nos esperan, los cambios entonces significan algo bueno, representan que no estamos en una zona de confort viviendo por vivir. Es por esto que un cambio nos hace dudar, pero también nos ilusiona. El hecho de que te pares a pensar y analizar el cambio que viene para tu vida, solo significa una cosa y es que le estás dando importancia a lo que va a pasar y que no haces las cosas a la ligera.
No son dudas. Seguramente estás reflexionando acerca de lo que viene para tu vida, reflexionar ayuda a oxigenar nuestro cerebro y esto es completamente recomendable para cualquier situación que nos cause estrés o ansiedad. Por lo tanto es una actividad que debes hacer, ya que te ayudará a tomar una decisión con precisión y esto traerá como consecuencia que te sientas seguro y en paz contigo mismo. También te puede interesar ¿cuándo estaré preparada para dar el paso y casarme? ¡Tres claves que te harán decidirte!
Crecemos como personas
Los cambios, los puntos de inflexión en nuestra vida o como lo quieras llamar, hacen que crezcamos como personas. ¡Es una realidad! Nos enriquecen, nos llevan a entender y ver la vida de una forma diferente, con un mayor sentido. Por eso, es normal que dudemos, que nos sentemos a reflexionar a analizar si estamos preparados o no para lo que viene.
Un matrimonio es siempre un cambio, así que no tienes nada que temer. Es momento de dejarnos de cuestionar y escucharnos, recuérdate por qué aceptaste casarte en su momento, recuerda por qué la persona a la que vas a unir tu vida es la persona con la que quieres estar por siempre, recuerda lo que te enamora de tu pareja y seguramente encontrarás que la respuesta va a ser ¡sí, quiero casarme!
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