Aunque hay quienes adoran el estilo vintage, muchas parejas en la actualidad optan por estilos más frescos e innovadores. La mayoría de los que están casándose pertenecen a un tipo de generación que quiere conservar algunas tradiciones pero primero desean sentirse cómodos con el estilo en su boda y ser fieles a su personalidad.
El tema de las generaciones genera mucho revuelo en cuanto a las tendencias. Si bien es cierto que hay aspectos que se conservan, muchos otros se van transformando según la moda, la época y los gustos de cada quien. Para entender qué cosas hemos dejado a un lado y qué otras no, en los matrimonios, empecemos por definir conceptos. El término Generación X se emplea para referirse a las personas nacidas a principios de los años 1960 hasta aquellos nacidos a inicios de los años 80. Si bien es cierto, que hay quienes no han adquirido un compromiso formal todavía, la mayoría de estas personas ya se han casado. Pero, ¿cómo lo hicieron?
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Generación X
Aunque ya las hombreras y los trajes de cola larga habían pasado de moda, los vestidos eran más brillantes y conservaban su armador como regla fundamental. La mayoría de los trajes para novios seguía el estándar de esmoquin o traje de “pingüino”.
Las decoraciones no eran tan personalizadas como las de hoy y pocos eran los que se atrevían a combinar colores. Generalmente las ceremonias se hacían en una iglesia cercana al domicilio y la recepción de invitados se realizaba en un salón, que generalmente ya venía con la decoración.
Los banquetes servían opciones tradicionales, no había mucha variedad en la elección de algunos aperitivos. Si bien es cierto que cada quien cuidaba su presupuesto, había una suerte de “imposición” por realizar un “gran evento” en donde todo el vecindario disfrutaba de la boda. Las invitaciones utilizaban un lenguaje conservador y la mayoría estaban hechas con una papelería resistente con algunos detalles en marcadores dorados o bordados que hicieran la diferencia.
Generación Y
Hablemos ahora de las parejas de la Generación “Y” o “millenial“, las cuales nacieron entre 1980 y 2000. A pesar de que existe el mito de que muchos millenials no se casan, los que sí lo están haciendo, optan por personalizar su evento nupcial, aún más que la generación anterior.
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Si bien las parejas de la época anterior, respetaban algunos detalles conservadores como el vestido o el lugar de la ceremonia, estos hacen lo imposible por dejar una huella única en su boda.
Las elecciones en los trajes de novia son completamente distintas. Las mujeres quieren estar hermosas pero cómodas. Quieren agregar color a sus vestidos de novia e incluso hacerlo más corto y fresco. Asimismo, hay muchas opciones para elegir el lugar de la boda, incluyendo espacios más relajados como la playa. Las decoraciones responden a motivos especiales de los novios puede ser una película, género musical, estilo de vida o algo más original.
Los novios ya no se preocupan tanto por organizar un evento “para los demás”, sino pasarla bien en el día de su casamiento. Algunos escogen hacer lo que más les gusta, pues es esto lo que coloca el sello único en su gran día.
Y es que en un mundo tan globalizado con redes sociales, Internet e influencias que ahora se viralizan en cuestión de segundos, es más fácil encontrar la manera de realizar una boda a completo gusto del par de enamorados.
Las invitaciones pueden llegar a ser tarjetas virtuales, la fotografía está más elaborada para el área digital e incluso se crean etiquetas para colgar en las distintas redes sociales, según el motivo de los novios, todas las imágenes relacionadas con el tema.
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El banquete se integra de más alternativas. Existen opciones más exclusivas que otras y a gusto de la pareja. El sushi, helado, mouse de frutas o palomitas de maíz son algunas de las opciones que pueden encontrarse en estas ceremonias.
El entretenimiento es un aspecto que se trabaja más. El juego de luces, la música y la presencia de animadores o zanqueros son parte de la mayoría de las solicitudes en estos tiempos. Un aspecto importante en esta generación es que las uniones entre personas del mismo sexo se hacen cada vez más comunes y la tolerancia va abriendo su camino.
Generación Z
¿Se mantendrá esto en la Generación Z? Pues habrá que averiguarlo, estas parejas aún no han llegado a tomar esta decisión puesto que sus integrantes tienen 20 años como mucho y los jóvenes cada vez se casan más tarde.
La independencia es un aspecto que toma más fuerza cada día. Adolescentes que construyen un mundo de posibilidades a sus 18 años cada vez son más comunes. La idea del “matrimonio” se va alejando más de este grupo de personas que parecen estar más influenciados a empoderarse antes de formar una familia.
La tendencia a las convivencias se vuelve más común, pero con responsabilidad. Esta generación puede que siga cumpliendo algunos estándares del “sueño dorado”, sin embargo no será su prioridad hacerlo, sino hasta que así lo deseen.
Sea cual sea la generación, el amor no pasará de moda y encontrará la mejor manera de salir a flote, con o sin velo. Prueba de las relaciones duradera es esta bella historia de amor, El secreto del amor eterno: 63 años de matrimonio. ¡Descubre la romántica historia de esta pareja!
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