Stephanie y Nicolás se conocieron gracias a la tecnología y los medios de comunicación social, lo que no quiere decir que no haya sido ¡de lo más romántico! Nicolás vio a su futura novia en una foto en Facebook y quedó tan prendado, que no sólo la agregó como amiga, también la invitó a salir. Stephanie se tardó dos semanas en aceptar su invitación de amistad en Facebook, pues claro, antes muerta que sencilla. La idea de tener reunirse con él fue todavía más difícil de asimilar, nunca había tenido una cita a ciegas y más encima, ella tenía 25 años y él 6 años más. Obviamente, la futura novia no tenía idea de que todo esto sería solo el comienzo de una hermosa y romántica historia de amor. De hecho, esa cita fue determinante, le sorprendió que él hubiese llegado a la hora (en estos tiempos eso no pasa) y, además, fue muy asertivo con el restaurant, la llevó a comer comida thai, ¡su favorita! Ni que Nicolás hubiese sabido los gustos de Stephanie, al parecer, una señal del destino.
Y así, este amor creció hasta que un día, en el cumpleaños de él, sentados en el comedor de su casa, Nicolás le pidió a Stephanie que le diera su regalo. Ella, indignada, luego de haberle preparado incluso la cena, le dijo que su regalo se lo daría el fin de semana y que no fuera patudo… pero la verdad era que él quería de regalo que Stephanie se casara con él ¡un romántico de aquellos!
La preparación de los novios
El día de la boda, 5 de marzo de 2016, los novios estaban tan contentos, emocionados y ansiosos, tenían un brillo especial en los ojos, una luminosidad diferente. Estaban escribiendo su historia y éste era el comienzo de un nuevo capítulo.
La novia empezó el día maquillándose con Rosario Valenzuela, quien le aplicó una tenue sombra en sus párpados y pintó sus labios rojo intenso. Luego se peinó con Nicolás López de la peluquería Sofía Aedo, el cual le recomendó un medio moño sostenido por un broche que sujetaba la mitad del pelo y el resto caía con grandes rulos. Su vestido de novia era de escote en V y mostraba gran parte de la espalda, desde donde caía un hermoso y sencillo velo que arrastraba al caminar. La sencillez del vestido combinaba perfectamente con los tonos rojos que decidió para los labios, zapatos, uñas y ramo de flores. Éste último, fue encargado a Pía Cortés y al ser de amapolas rojas, simbolizaba el país y ciudad donde nació, Liverpool, Inglaterra.
El novio, por su parte, vistió pantalones y terno de color negro, camisa blanca, chaleco formal y humita color blanco invierno, todo de la Sastrería Calabrese. Al ser el hermano de Nicolás el dueño, y el estilo de la sastrería muy acorde a lo que los novios querían expresar en el matrimonio, los padrinos y los padres de los novios también fueron vestidos por el hermano del novio.
Por último, las joyas que los novios usaron fueron sus argollas de matrimonio y la novia, su anillo de compromiso de la Joyería Barros.
La Ceremonia: De blanco y rojo va la novia
Tanto la ceremonia como la celebración se realizaron en la Viña Santa Rita. La novia entró a la iglesia con una hermosa sonrisa y al lado de su padre, quien llevaba una humita roja que hacía juego con los colores de Stephanie. El novio esperaba impaciente en el altar y con un destello en su mirada ambos se sentaron para dar comienzo a la ceremonia. Estaban muy atentos a las palabras del sacerdote, con una sonrisa constante en sus rostros se entregaron el uno al otro en matrimonio, prometiéndose compañía, compromiso y amor por el resto de sus vidas. Al salir de la iglesia, pétalos de flores cayeron para celebrar y los recién casados extendieron los brazos recibiendo de rojo y blanco el inicio de esta nueva etapa.
Posteriormente, se dirigieron a los jardines de la viña para la sesión de fotos. En un entorno natural y pintoresco, el fotógrafo Andrés Medina nos transporta al pasado en un escenario de muros de piedra, grandes compuertas, largos jardines e inmensos árboles. Se puede ver la dicha de los novios plasmada en las fotos y el romanticismo del momento en un entorno campestre único.
La mejor música para la fiesta
Los recién casados y los invitados tuvieron una excelente celebración gracias al delicioso catering a cargo de Julio Domínguez y a la música del DJ Alexis Marinetti que realizó un trabajo memorable, tanto que Stephanie aseguró que es el mejor DJ que puede existir. La fiesta no paró en toda la noche, todo estuvo perfectamente bien organizado y el ambiente irradiaba una energía especial, irresistible e inconfundible, la energía del amor y de los sueños cumplidos.
“La verdad, quisiera revivir mi matrimonio todos los días… lejos el mejor día de mi vida, un total sueño.” (Stephanie 2016)
Como recuerdo de este matrimonio, los anfitriones obsequiaron a los invitados una tarjeta de agradecimiento y fotos con imanes para el refrigerador, todo esto encargado en Boom Box.
Maquillaje: Rosario Valenzuela | Peinado: Salón de Belleza Sofía Aedo | Ramo de Flores: Pía Cortés | Traje del novio: Sastrería Calabrese | Anillo de compromiso: Joyería Barros | Fotografía: Andrés Medina | Centro de Eventos: Viña Santa Rita | Catering: Julio Domínguez | Música: DJ Alexis Marinetti | Recuerdos de Matrimonio: Boom Box Cabinas |
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