Los novios se conocieron en la época de colegio, ambos siendo de Quilpué, V región. Tenían varios amigos en común, siendo la mayoría compañeros de curso de Andrés. El año 2003, el novio entró a estudiar ingeniería ambiental en la U. Santa María, la misma carrera que Sybil estudiaba, pero un año adelantada. A finales de ese mismo año, la novia decidió cambiarse de universidad junto a dos amigas, así empezaba el año 2004 en una nueva universidad y con la sorpresa de que Andrés, su futuro marido, también se había cambiado, o sea, serían compañeros.
Como se conocían desde antes y tenían amigos en común, comenzaron rápidamente una linda amistad donde salían a carretear juntos, él con sus amigos del colegio que Sybil ya conocía y ella, con sus amigas de la universidad.
A finales de ese mismo año empezaron a pololear, pero duraron tan solo un mes y terminaron. De todas maneras, el amor seguía vivo y retomando fuerzas, por lo que después de cinco meses separados, volvieron un 5 de junio ¡el día del medio ambiente!, para no separarse más. Para Sybil y Andrés, esa fecha es oficialmente cuando empezaron su relación, por lo que sus aniversarios de pololeo son celebrados siempre el 5 de junio.
Así se fueron conociendo, complementándose y compenetrándose, compartían los estudios, todos los ramos los tenían juntos porque a ambos les iba bien, la práctica profesional, la tesis e incluso, ¡su primer trabajo! Luego de 12 años aprendiendo el uno del otro, se han acostumbrado a hacer todo juntos, disfrutan una caminata, un paseo, visitar museos, compartir con la familia y amigos, comer y preparar deliciosos bocados a sus seres queridos.
En el 2013, luego de nueve años pololeando, se fueron a vivir juntos a Santiago por trabajo y el año 2015, cuando ya llevaban 11 años, Sybil había perdido prácticamente las esperanzas de que le pidieran matrimonio. Al parecer, Andrés estaba planeando muy bien la petición de mano y como todo lo bueno toma tiempo, se demoró en organizar la romántica declaración. Ésta llegó el día del cumpleaños de Sybil, delante de todos sus familiares, con un ramo de flores y en plena celebración.
“Ese día, 14 de noviembre día de mi cumpleaños, Andrés organizó una gran celebración, invitó a toda la familia, suya y mía. Estaba super nervioso y no me dejaba hacer nada. Estaba preocupado de que no llegaba mi hermana (Romy), quería que estuvieran todos los invitados para hacer un brindis en mi honor. Pero no se aguantó las ganas, los nervios le ganaron y antes de que llegara mi hermana, sacó un ramo de flores, dijo unas palabras, que no me acuerdo porque me puse a llorar, se acercó a mí, me abrazó, me dio un beso y se arrodilló frente a todos (en ese momento yo ya no paraba de llorar…), sacó un anillo del bolsillo de su camisa y me pidió matrimonio. Obviamente le dije que sí. Y seguí llorando….” (Sybil, 2017)
El anillo de compromiso fue un diseño que sin querer la novia había escogido, se trataba de una argolla de oro amarillo, platino, cinco diamantes y dos zafiros azules, estilo Art Deco, ¡una maravilla! Un día pasaron por fuera de Joyas Barón en Santiago Centro, al entrar Sybil se lo probó y le calzaba perfectamente, de hecho, la vendedora le decía que era para ella porque era pequeño y a nadie le quedaba. Luego, Andrés volvió en secreto a la tienda y se lo compró.
La preparación de su matrimonio en Olmué fue principalmente larga, y es que les tomó mucho tiempo empezar a organizarse, sobre todo con el tema del ahorro. Constantemente les preguntaban por la fecha, la iglesia, el local y no tenían nada todavía, hasta que Andrés hizo un excel con los ítem, actividades y gastos y por fin todo estaba tomando forma, tenían todo y con tiempo de sobra.
El matrimonio civil lo celebrarían el 3 de septiembre de 2016, una unión más íntima a finales de invierno en la casa de los papás de Andrés en Quilpué. En cambio, la ceremonia religiosa sería en pleno verano el 7 de enero de 2017.
Las invitaciones las mandaron a hacer a Ulalá Papelería, los atendió Sol Barrios, quien muy amable y con una impecable disposición, les mostró todos los diseños que tenían, dándoles las facilidades de diseñar sus propios partes. Los novios les enviaron algunas ideas, obteniendo unas originales invitaciones y tarjetitas de agradecimiento con el mismo diseño.
Preparación de los novios
Frente al centro de eventos Club de Campo Pelumpén, los novios arrendaron unas cabañas en el Rancho Zoe con el objetivo de alistarse para el gran evento. Del maquillaje y peinado se encargó Dany Jerez de Colorea tu Look, quien también maquilló a su hermana y mamá. A la novia le resaltó sus rasgos característicos, ojos y labios, usando un maquillaje bien natural. Para el pelo y con el mismo estilo, optó por un medio moño coronado con el tocado hecho por Macarena Besoain de Zapatito de Venus, un precioso ejemplar de flores de porcelana en tonos pasteles con hojitas plateadas en un estilo griego.
“Daniela, quien me maquilló y peinó, es un amor, muy simpática y super profesional, utilizó productos de primera calidad. Muy paciente, se preocupó de que estuviera tranquila y que aprovechara de descansar. Macarena, quien diseño mi tocado hizo todo lo que le pedí, muy atenta, muy simpática, ¡y el resultado fue estupendo!” (Sybil, 2017)
Al elegir el vestido de bodas, Sybil ya tenía en mente qué quería. El año 2014 se había casado su hermana Romy con un hermoso vestido hecho a medida, así es que Sybil recurrió a la misma tienda de telas, Mundo de Seda, para elegir los más espléndidos géneros. Su dueña, Paula, brinda una excelente asesoría personalizada, ya sea que lleves una idea o foto del vestido que quieres confeccionar o quieras dejarte sorprender por las ideas de la experta. “Es super dedicada, te muestra las telas, te las prueba, juega con las telas creando el vestido que quieres. Prueba con distintas tonalidades, etc. Es una tremenda experiencia, sales enamorada de tus telas y de lo que será tu vestido.” (Sybil, 2017)
A la hora de elaborar el vestido, ella misma tiene datos de diseñadoras y modistas, Sybil por supuesto escogió a Carmen Zúñiga, la misma profesional que le había hecho el vestido a su hermana y a una amiga. Es muy dedicada y paciente y está constantemente sugiriendo ideas y asesorando para lograr un vestido a tu medida y gusto, se requieren seis pruebas, una por mes, “¡Y el final es un vestido maravilloso hecho solo para ti!” (Sybil, 2017)
En perfecto tono, escogió unos zapatos maravillosos con brillos plateados que encontró en Patronato. El ramo de novia fue un obsequio de la tía Betty, tía de Andrés, ya que pertenece al Club de Flores y Jardines de Quilpué y es quien, tradicionalmente, se ha encargado de los ramos de novia de la familia. En esta ocasión, primaban los tonos pasteles, con suculentas, rosas, mini rosas, lisianthus y brotes de eucaliptus. Con las mismas flores, realizó boutonnieres para el novio, el papá de la novia y del novio, y los hermanos de cada uno.
Para terminar, adornó el atuendo con unos aritos de plata que le regaló su mamá, un punto de luz de oro blanco como regalo de su papá de la Joyería Iván González de Viña del Mar. Y las correspondientes argollas de matrimonio, de Joyas Barón. Una combinación simple y elegante para el perfecto look de la novia.
Al mismo tiempo, en otra de las cabañas, Andrés se vestía con un traje azulino precioso, smoking con chaleco, humita y colleras, todo de la Sastrería Zenteno de Villa Alemana. Encontró sus zapatos precisos en Falabella, de la marca Call It Spring.
Ceremonia y sesión de fotos
Del brazo de su padre, entró Sybil a la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Olmué, camino a la altar lucía y se sentía feliz, irradiaba encanto en cada paso hacía Andrés. La ceremonia fue calmada y precisa, los novios se comprometieron a lo más esencial de la vida: acompañarse, apoyarse, amarse y respetarse, culminando entre sonrisas y destellos.
El romance de esta pareja de enamorados fue captado única y originalmente por Mauricio del Pino de Novios y más, las miradas cómplices, enamoradas y fugitivas se lucen plácidamente en una mezcla de tonos, luces y colores. “No dudamos en trabajar con él porque cuando se casó mi hermana el 2014, él fue su fotógrafo, y a todos les pareció super simpático, ¡muy agradable! Quien le pedía fotos, él les sacaba. Así que nos tomó las fotos de la ceremonia civil y del matrimonio religioso.” (Sybil, 2017)
Celebración
Una vez en el centro de eventos, los novios realizaron el brindis, mientras eran sorprendidos nuevamente por el fotógrafo en una romántica escena en el puente. Todo a su alrededor estaba reluciente, la decoración a cargo del mismo Club de Campo Pelumpén, fue llevada a cabo exactamente como Sybil lo había soñado.
Dennis y Alejandra fueron los profesionales del recinto con los que organizaron los detalles, siendo muy amables, preocupados y super profesionales, dejaron todo perfecto, las flores, los colores, ¡todo!
Los asistentes disfrutaron de un cóctel de bienvenida, cena, snacks de trasnoche y cordero al palo. Todo llevado a cabo por el club. “La comida estuvo riquísima, de hecho, ¡todo el mundo nos decía que todo estaba riquísimo!” (Sybil, 2017)
Rosa de The Nice Company, les preparó una torta exquisita de la cual no sobró nada. Los novios entregaron cajitas personalizadas que la encargada les había hecho con la torta, con sus nombres y con detalles de cintas de colores.
“Rosa también nos ayudó con los menús, números de esa, con los protocolos de mesa y hasta con el confeti que nos tiraron a la salida de iglesia. ¡Nos salvó la vida porque fue algo que habíamos olvidado y unos días antes del matri la Rosa nos ayudó con todo, de verdad se pasó!” (Sybil, 2017)
Para los invitados, compraron en Ripley unas velitas en forma de pajaritos, y a cada una le pusieron una tarjeta de agradecimiento. Gabriela, hermana de Andrés, escribió una a una pedacitos de canciones de amor, ¡antiguas como le gustan a la novia!
Para el baile de los novios, Sybil y Andrés habían preparado algo especial y significativo, en vez de un vals, querían una canción que los identificara, eligiendo “Te Propongo” de Sandro. Lo que la novia no sabía era que, como regalo de matrimonio de su amigo Felipe Figueroa, iban a tener al doble de Sandro en su mismísima boda. Entonces, cuando empezó la canción, el artista también se presentó en el escenario, de lo que Sybil no se percató hasta que Andrés, coautor de la sorpresa se dio vuelta y ¡la novia estalló en llanto de la pura emoción! “Nos cantó dos canciones, “Te propongo” y “La vida sigue igual”. Terminamos bailando en el escenario con la familia y amigos, muy entretenido! ¡Muy lindo!” (Sybil, 2017)
En medio de la celebración, realizaron la presentación de un video que hizo Andrés, en el cual habían pedido a las familias fotos de la infancia de los recién casados. El novio las había clasificado, y en “su estilo lúdico” hizo el entretenido video. Dando como resultado una emotiva y divertida presentación, y era lógico, si lo había hecho Andrés, tenía que tener una cuota de humor.
El baile duró hasta las cinco de la mañana, siendo los novios los últimos en irse, y es que estuvo muy entretenido. El DJ, que era parte del centro de eventos, puso las canciones que los novios le solicitaron y la música estuvo acorde al ánimo, ritmo y estilo de los novios.
¡Felicitaciones por su bello matrimonio y gracias por compartir con nosotros todos los lindos detalles de su historia de amor!
Anillo de compromiso y argollas de matrimonio: Joyas Barón | Partes de matrimonio: Ulalá Papelería | Centro de eventos: Club de Campo Pelumpén | Maquillaje y Peinado: Dany Jerez de Colorea tu Look | Tocado: Macarena Besoain de Zapatito de Venus | Telas Vestido de novia: Mundo de Seda | Modista: Carmen Zúñiga | Punto de luz: Joyería Iván González | Traje del novio: Sastrería Zenteno | Zapatos: Falabella/Call It Spring | Fotografí: Mauricio del Pino de Novios y más | Torta: The Nice Company | Velas para invitados: Ripley |
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