Si hay algo por lo que todas las novias pasan el día de su matrimonio son los nervios, incluso muchas sufren verdaderamente por ser el centro de atención el día de su boda, pues no están acostumbradas. Muchas habrán pensado en si se caen caminando al altar, si llegado el día les va a valer el vestido de novia, o si se acordarán de bailar bien mientras todos tus familiares y amigos les observan.
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Los nervios son malos compañeros cuando lo único que debería ocurrir ese día es pasarlo muy bien, y disfrutar del momento al máximo junto al amor de tu vida. Pero cuando la ansiedad aparece, puede hacer estragos en los novios, incluso puede provocar síntomas físicos que empañen la celebración. Superar todos estos miedos supone un gran reto para aquellas personas que son muy tímidas, y a las que no les gusta ser observadas ni ser los protagonistas.
Este tipo de personas tan tímidas suelen evitar en su vida diaria todas aquellas ocasiones en las que pueden ser el centro de atención. Pero cuando llega el momento de celebrar el matrimonio no hay más escapatoria, pues ese día los novios son los indiscutibles protagonistas, y todas las miradas se centran en ellos. Desde Zankyou, te contamos algunos de los motivos que pueden llevar a las personas a sentirse tan incómodas en un día tan especial y feliz.
Una de las razones principales por las que sucede esto es porque desde pequeños nos enseñan que ser una persona presumida es malo, en cambio ser una persona humilde es bueno. Y esta educación la vamos extendiendo a lo largo de nuestra vida en todos los ámbitos. Esto puede llegar a hacernos sentirnos mal cuando, por ejemplo, celebramos nuestros logros, ya que puede parecer que somos una persona con el ego elevado, o incluso cuando hacemos algo bien parece que tiene que ser a costa de alguien. Esto acaba provocando que hablemos más de los problemas o momentos tristes delante de la gente. Así que normalmente, cuando alguien nos pregunta “¿qué tal estás?”, nuestra tendencia es enumerar la lista de problemas, o contestar con un escueto “bien”, porque así parecemos más humildes. De esta manera, creemos que si contamos aquello en lo que nos va mal seremos socialmente más aceptados que si hablamos de nuestros éxitos.
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Sin embargo, hay que tener cuidado con estos conceptos, puesto que, tiene varias interpretaciones. Ser presumida no tiene porqué ser algo malo si sabemos manejarlo de la forma correcta, cuando por ejemplo, estamos seguras de nuestras propias cualidades y habilidades. Además, si no tenemos cuidado, esa humildad puede acabar convirtiéndose en baja autoestima. Esto es lo que pasa cuando llega la celebración del matrimonio, y el novio o la novia se sienten inmensamente felices por ello, pero no están acostumbrados a festejar sus alegrías por temor a creerse muy importantes y parecer demasiado presumidos.
¿Por qué ocurre?
El problema principal está en que la mayoría confunde ser presumido con ser arrogante. Una persona arrogante suele presentarse como una persona fanfarrona, egocéntrica y que no permite el diálogo, y se sitúa siempre por encima de los demás, despreciando a los que considera que están por debajo. Son personas que tienden más a hablar que a escuchar, y no soportan que otras personas tengan más presencia que ellos. Por el contrario, las personas realizadas y excepcionales, son personas seguras de sí mismas que no necesitan ir constantemente demostrando a los demás lo increíbles que son. Tener confianza en uno mismo es fundamental para disfrutar de una vida plena, sin depender de la buena opinión de los demás.
Consejos para evitar pasarlo mal
Si temes pasarlo mal el día de tu matrimonio por sentirte el centro de atención hay algunos consejos que pueden ayudarte para superar esos nervios. Para empezar, puedes limitar tu lista de invitados para no sentirte abarrotada con mucha gente en una sala pequeña, o valora celebrar tu matrimonio al aire libre para no sentirte agobiada. Si no te gusta hablar en público, procura hacer un discurso corto con el que te sientas cómoda y tranquila. Así como si te da vergüenza que te miren mientras bailas, elige una pieza breve de música para el primer baile de novios.
Lo principal es que pienses que es tu gran día, y que debes disfrutarlo y pasarlo genial junto a tu futuro esposo, y que además, estarás rodeada de gente que te quiere, y que disfrutarán con ustedes y con los detalles de la boda.
“Texto basado en la idea original de Eva Navarro publicada en Zankyou España”
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