Trini tenía 19 años cuando conoció a Francisco, estaba estudiando en la universidad y por un ramo le tocó quedarse en Santiago en verano, por lo que se puso a trabajar de barwoman en sala Murano. Una noche llegó Francisco a celebrar su despedida con un grupo de amigos porque se iba de viaje por un mes a Colombia y Panamá, él estaba en quinto año de odontología y vivía casualmente al lado de Plaza San Enrique. Él andaba sin pareja, por lo que se dedicó toda la noche a coquetear con Trinidad, a quien le agradó desde el primer momento, de hecho, se quedaron toda esa noche conversando mientras ella trabajaba. Y así fue como ese día 5 de febrero se conocieron, mientras Trini tras la barra de la discotheque lo escuchaba, observaba y reía con sus insinuaciones y coqueteos.
“Tras varios 2×1 en piscolas, hacia el final de la noche, insistía en pedirme el teléfono y yo me negué. Lo desafié a que él me diera el suyo y que yo lo contactaría mientras estaba de viaje. Me escribió sus datos en una toalla nova que todavía guardo. La noche terminó con los guardias pidiéndole que por favor se retirara.” (Trini, 2017)
Un par de días después, mientras él ya se encontraba de viaje, Trini le escribió un email contándole un poco en lo que estaba y preguntándole cómo iba el viaje. Así quedaron en contacto y chateaban por Messenger. Sorpresivamente el viaje se acortó de un mes a dos semanas porque les robaron todo en un hostal, lo que les permitió tener dos fines de semana del verano libres, uno de los cuales Francisco fue a Murano a visitarla, luego calzaron en irse a Viña del Mar cada uno con su grupo de amigos, y empezaron a salir, se convirtieron en pololos y luego de unos años celebraron el más estiloso y único matrimonio en Santiago.
Francisco le pidió la mano a Trini en un romántico viaje a Hawai y justamente el segundo día de vacaciones, pues ¡no pudo aguantar más la emoción de tener el anillo en el bolsillo! “…en Kauai, cerca de donde comienza Napali Coast y tras haber dormido la noche en el auto a falta de hotel, me pidió matrimonio en la mitad de la playa. Estábamos solos, mega conectados con la naturaleza.” (Trini, 2017)
Preparación de los novios
Habiendo llegado el 3 de diciembre de 2016, Trini se preparó para la boda en su departamento junto a sus amigas más cercanas, su mamá y hermanas. La maquilló y peinó Javiera Haggar, quien le iluminó la mirada y le destacó su sonrisa. Para el peinado optó por el pelo suelto y un precioso tocado que para la ceremonia se encontraría temporalmente cubierto por el velo. Una vez listas con la estilista, el hermano de la novia la pasó a buscar para irse a Linderos, allí se terminó de vestir en la habitación exclusiva para novias que dispone el centro del eventos Hacienda Linderos.
El vestido de bodas fue una elección bien particular, con un estilo muy único y muy acertado. En cuanto le pidieron matrimonio, Trini se había puesto a mirar vestidos en Pinterest, vio uno que le encantó y por suerte logró llegar a la marca online que es australiana Graces Loves Lace. En la página web eligió uno del que se enamoró y con seis meses de anticipación lo encargó. En cuanto a los zapatos, fue todo un desafío encontrar algo a un precio razonable, por lo que se los encargó a una amiga de Argentina, unos hermosos ejemplares color dorado champagne con plataforma.
Por su parte, el novio se preparó con su hermano mayor en la casa de un amigo en Buin. Su traje escogido era de lino color beige de Perry Ellis, el cual combinó con una camisa blanca y zapatos café oscuro.
La novia lució además de su argolla de matrimonio, su anillo de compromiso que había diseñado Francisco en la Joyería Carlos Rosé. Había usado como referencia otros anillos que a Trini le gustaban y poniendo un poco de su propio gusto, logró un anillo que la novia amó desde el momento que lo vio, de estilo vintage que perfectamente bien podría haber pertenecido a su abuela. Las argollas de matrimonio de los novios eran tipo comfort fit también de la Joyería Carlos Rosé. Las mandaron a hacer ahí porque tienen una tarifa especial por haber comprado el anillo de compromiso en el mismo lugar.
Ceremonia y sesión de fotos
Como es tradición, la novia llegó a la Parroquia Sagrada Familia de Linderos después de Francisco, cuando él ya se encontraba esperándola ansioso. Trini estaba maravillosamente linda, irradiaba luz y felicidad con su ramo de flores que había armado ella misma junto a unas amigas luego de haber visto el diseño en Pinterest. Su abuelo la encaminó hacia el altar, un momento indescriptible y lleno de emociones.
La iglesia era perfecta, con capacidad para 250 personas y de estilo campestre y acogedora, estaba decorada con flores que Trini con sus amigas habían comprado en el terminal, logrando un espacio luminoso y lleno de colores, que reflejaba exactamente el gusto de los novios.
Y como son los eventos inesperados los que hacen de los momentos algo único, no podía faltar el invitado insospechado que le dio un toque de humor a la ceremonia religiosa. En la iglesia y mientras la novia estaba sentada, un perro del pueblo entró y comenzó a cruzar por encima del velo de Trini sin que ella se enterara. ¡Todos se reían y trataban de sacarlo, pero él se sentía en casa!
Con las manos bien en alto y bajo una lluvia de papeles multicolores, los recién casados se dirigieron a inmortalizar su alegría inconmensurable en las dependencias del centro de eventos, un entorno rústico, natural y elegante. La fotógrafa Marize Parra de Yes I Do fotografió lo esencial e intrínseco de Trini y Francisco, ambos integrándose el uno al otro, con su estilo, su brillo, su felicidad y su inconfundible amor.
Celebración
A metros de la parroquia se encuentra el centro de eventos Hacienda Linderos, donde los novios y sus invitados celebraron la boda. Escogieron el lugar por su estilo colonial, ambiente campestre y hermosa vista a viñedos. “Armamos un matri más relajado, no era necesario ni el terno ni la corbata, y la hacienda era perfecta para eso. Un estilo medio campestre/hippie pero con estilo. La flexibilidad del centro de eventos para hacer lo que soñábamos fue crucial, además de los lugares increíbles para sacarnos fotos…” (Trini, 2017)
En el ante jardín de la hacienda ofrecieron un cóctel a cargo de Banquetería Romero & Merkén, mientras de fondo había una banda que tocaba música reggae. La gente pasaba al sector de la comida, donde había cuatro mesas largas para 20 personas. En estas mesas iban los adultos, que eran aproximadamente 60 y la mesa de los novios. La ubicación de las mesas estaba explicada con fotos en un panel gigante, colgando una foto para cada pareja de invitado y cada una de éstas era de los invitados con los novios, por lo que era un bonito detalle hacia los asistentes.
Además, las mesas se encontraban ordenadas, las cuatro largas tenían nombres de lugares a los que los novios habían ido de viaje, y los que no se encontraban ubicados ahí, les correspondía el lounge, donde podían sentarse donde quisieran. Por último, en cada puesto los novios dejaron como obsequio a los invitados una mini plantita, con una tarjeta de agradecimiento donde les pedían que les dejaran un mensaje ¡que abrirían en un año más!
La cena fue programada de una forma muy entretenida, con FoodTrucks, para darle libertad a los invitados de elegir la comida que más les apeteciera e incluso repetirse si así lo querían. En total contaban con tres carros de comida, The Rolling Kitchen, El Chango y Anitas BBQ & Ribs. Todos ofrecían comida de excelente calidad, sin límite e incluso había opción vegetariana en The Rolling Kitchen. La Banquetera Romero & Merkén, se encargó de servir parte de la comida, y estuvo a cargo de las barras y del buffet de postres. “Nuestros invitados amaron el formato, porque les daba la libertad de moverse y conversar con distintos grupos, además de elegir la comida.” (Trini, 2017)
Luego del brindis inaugural, los novios interpretaron una coreografía con el tema Thinking Out Loud de Ed Sheeran en versión lenta, y después de ésta, comenzó la misma canción en versión salsa, donde se sumó la familia a bailar, sus primos y abuela.
En la fiesta, DJ Touch Francisco Yáñez se encargó de hacer que todos los invitados bailaran sin descanso, gracias a su profesionalismo y un excelente repertorio de música; “…es seco, capaz de prender un matrimonio hasta las últimas. La gente se fue del nuestro porque ya habían llegado las van, sino hubiese seguido de largo.” (Trini, 2017)
También contaban con una cabina fotográfica Combi Cabina, de onda vintage que terminaba por decorar el matrimonio que había sido fundamentalmente de color menta. Mismo color que vistieron las 10 damas de honor de Trini, que también fue el color de sus uñas y de diferentes elementos del matrimonio, así como los partes.
El lanzamiento del ramo fue todo un acontecimiento, las solteras esperaban deseosas poder atrapar el colorido ramo de Trini. Y más tarde, prendieron todavía más la fiesta con el tradicional ritual de la liga de la novia, todos estos momentos y más quedaron grabados en el entretenido video de Productora Cinematográfica Redroom Ltda, quienes armaron una cinta con lo mejor de la boda, las coquetas miradas de los novios y las sonrisas de todos los presentes. ¡Inolvidable!
Un hermoso matrimonio, con detalles memorables que inspiran a realizar bodas diferentes y con mucho estilo. ¡Gracias por compartir su historia de ocho años de amor!
Maquillaje y Peinado: Javiera Haggar | Centro de eventos: Hacienda Linderos | Vestido de novia: Graces Loves Lace | Traje del novio: Perry Ellis | Anillo de compromiso y Argollas de matrimonio: Joyería Carlos Rosé | Fotografía: Yes I Do | Banquetera: Romero & Merkén | Food Trucks: The Rolling Kitchen, El Chango y Anitas BBQ & Ribs | Música: DJ Touch | Cabina fotográfica: Combi Cabina | Video: Productora Cinematográfica Redroom Ltda. |
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