Para algunas mujeres siempre ha sido un sueño ocupar el vestido de novia de su madre, algo así como una tradición familiar. Te has preguntado ¿qué harías si tuvieras la posibilidad de tener en tus manos tres vestidos de novia de tus generaciones pasadas?
Hoy en Zankyou te contamos que según la ABC News, hay una joven de 33 años de nombre Collen Dejno de Saint Paul (Minnesota, Estados Unidos) que tiene esta gran oportunidad. El de su madre, abuela y bisabuela, todo un desafío ¿o no?
Esta grandiosa e increíble historia comenzó cuando Collen se enteró que su madre guardaba el vestido de novia de su bisabuela. Cuando comenzó a indagar sobre la historia de este vestido se dio cuenta que fue confeccionado en 1910. Fue tanta su emoción que “Pensé: ¡Oh, dios mío! ¡Tenemos un vestido de hace 100 años! ¡Tengo que verlo!'”, explicó la novia al medio estadounidense.
Collen no sabía qué hacer con este vestido que tenía 100 años, pero todo tuvo sentido cuando recordó que su madre Patricia Cotter, tenía guardado el de su boda de 1973 y su tía Edith Jane tenía el vestido de novia de su abuela. Que mejor que realizar una sesión de fotos de boda, ella como protagonista utilizando los tres vestidos de novia de sus generaciones pasadas.
Esta sesión fotográfica, si bien era una gran idea no podía ser algo tomado a la ligera, por lo cual Colleen comenzó a reunir álbumes familiares y documentos de la familia para recopilar las diferentes fotografías del pasado. Luego de recopilar todo el material necesario, fotografías bien conservadas, a pesar de los años, objetos y elementos es cuando Jeannine Phol fotógrafa profesional, comienza este recorrido del tiempo.
La idea principal era plasmar la imagen tal y como ocurrió en el pasado. El lugar elegido eran los salones donde Collen se casaría unas semanas más.
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Para Jeannine, la profesional encargada de fotografiar este momento, era la primera vez que le tocaba realizar un trabajo así: “En estos tiempos, la gente se deshace de este tipo de reliquias y no se aferra a las herencias durante demasiado tiempo“, explica. Pero siempre hay personas, como esta joven de Minnesota, que quieren dejar un legado familiar y preservar el pasado de sus generaciones.
Las fotografías de la escena nupcial de su bisabuela sin duda fueron las más especiales, más allá que el vestido que llevaba puesto tenía 100 años si no que siempre sintió una conexión especial, a pesar de no conocerla: “Mi afición es el diseño y ella era costurera, por lo que ponerme su vestido y hacerme la fotografía era una manera fresca de conectar con ella”, dijo. “Podía mirar el vestido e imaginarla ejecutando cada puntada. Me asombra que lo hiciera ella misma”, afirma.
Luego fue el turno de la madre de Collen, la cual indicó que “verla en mi vestido ha sido una de las cosas más increíbles que he visto porque se parece mucho a mí, aparte del pelo pelirrojo; realmente, podía verme a mí misma, al tener el mismo peinado y el mismo vestido”. Sin duda alguna para las mujeres de esta familia todo esto ha sido una gran aventura en el tiempo.
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Pero Collen ya feliz con este viaje del tiempo, decidió pedirle prestado el vestido de novia a la madre de su novio, sí a su futura suegra. Y así fue como se tomó fotografías junto a su chico, plasmando la boda de ellos.
¿Qué harías si tuvieras esta oportunidad? Te atreverías a una sesión fotográfica o quizás utilizar uno de esos vestidos para tu boda. Sólo sabemos que cada uno tiene su historia y eso siempre hay que respetarlo.
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