La persona indicada con la que pasar toda la vida, aparece cuando menos lo estás esperando, pero no por ello debes dejarlo pasar. Carmen Gloria y Andrés se encontraron en la universidad, pues eran compañeros de curso de ingeniería. A pesar de conocerse desde que entraron en la carrera, no fue hasta el último año cuando se pusieron a salir, justo después de haber terminado los estudios y gracias a un semestre en el que les tocó trabajar juntos.
La organización del matrimonio fue entretenida, pues los novios se preocuparon de disfrutar por completo de cada paso y de los detalles para su gran día, desde la elección de la fecha hasta la distribución de las mesas. Desde el principio tenían claro los proveedores e ideas similares sobre lo que querían. Lo fundamental era que el lugar tuviera un toque de naturaleza, con mucho verde y flores que consiguieran crear un ambiente mágico. No dudaron en mandar cuanto antes las invitaciones que adquirieron en Edicor.
Boutique Trio fue la tienda donde Carmen encontró el vestido de novia perfecto para la ocasión, un modelo ideal lleno de encaje. Maquillada y peinada por su gran amiga Caro Quiroga, el lindo tocado que lució lo adquirió en Estados Unidos, al igual que los brillantes zapatos. El ramo de novia, de tonos rojos y rosas. Un look nupcial perfecto para un día especial.
La ceremonia transcurrió en la iglesia de San Lázaro, que con gran capacidad acogió a amigos y familiares de los novios. El novio lucía muy apuesto con su traje de Saville Row, siendo la camisa de Sastrería Cubillos. La corbata, de un tono muy discreto, la adquirió en Brooks Brothers y los zapatos en Churchs.
Tuvieron la suerte de que el sacerdote que les casó les conocía bastante, porque es primo de Andrés. Eligieron San Lázaro porque buscaban una iglesia bonita, ya que la ceremonia religiosa era muy importante para ellos. Un momento muy emotivo al que el coro Belén puso banda sonora y, como querían un toque británico, a la salida de la iglesia les acompañó el sonido de gaitas escocesas gracias a Cristhian Mclean.
El lugar de celebración fue Alto Noviciado, un salón con finos acabados, arañas colgantes e iluminación de ensueño. La banquetería estaba a cargo de Amelia Correa. Como los novios querían un toque sureño, en el catering de aperitivo sirvieron asado: mollejas y entraña. Deseaban una comida sencilla, así que tuvieron dos platos alternados de carne en los que cambiaba el acompañamiento. De postre, brownie con helado o berries.
Andrés Medina, fue el encargado de tomar las fotografías de tan lindo día, de manera que los novios podrán recordar para siempre el momento en que se convirtieron en marido y mujer. A este experto fotógrafo le encanta retratar los mejores momentos de los matrimonios. Y para el video, Constanza Rivas.
La fiesta después del banquete fue un gran momento de la noche, ¡la pista de baile siempre estaba llena! El DJ encargado de amenizar la velada fue Camilo Lyon y los invitados lo pasaron en grande con la cabina de fotos de CH Studios.
Carmen Gloria y Andrés se sintieron muy satisfechos con los resultados, tanto que volverían a elegir a los mismo proveedores. Lo más importante, que les hicieron sentir bien en ese día tan especial.
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