Carolina y Claudio se conocieron cuando ambos trabajaban en el mismo hospital, y debido a un proyecto en común, comenzaron a tener reuniones juntos. El proyecto involucraba trabajar con consultores externos y cuando se terminó les hicieron una despedida, ahí fue la primera vez que los futuros novios conversaron de cosas externas al trabajo. Fue así como empezaron a conocerse, a descubrir lo mucho que tenían en común y ver que había cualidades que simplemente les encantaban, lo que años después los tendría planeando una boda de media tarde al aire libre; un maravilloso y auténtico matrimonio en Santiago.
“Nos gusta cocinar juntos, inventar nuevas recetas, preparar un asado los viernes por la noche solo para los dos y compartir lo vivido en la semana, salir a un brunch (siempre estamos buscando lugares nuevos, nos encanta el desayuno-almuerzo), también disfrutamos ir a tomar un café, ver películas y pasar los domingos terminando alguna serie con nuestra típica “once de domingo”. (Carolina, 2018)
Un día Carolina salió con sus amigas a un happy hour, fue una tarde muy emocionante puesto que una de sus amigas anunció que estaba embarazada, ella no sospechó nunca que las sorpresas del día recién comenzaban. Su hermana menor se casaría en una semana y a Carolina le faltaba completar su atuendo con accesorios, por lo que le había dicho a Claudio, bromeando, que él le comprara algo. Finalmente, cuando llegó ese día a su casa, él le entregó una bolsa de papel, a lo que Carolina pensó que había tomado su pedido en serio, pero cuando abrió el paquete supo realmente que estaba pasando algo, ¡le estaban pidiendo matrimonio! Y quedó atónita:
“…me entrega una bolsa de papel, yo pensando que era mi encargo, abro la bolsa y luego la caja…me dice que si me quiero casar con él… creo que me quedé muda, lo abracé y media nerviosa le dije que sí.” (Carolina ,2018)
Con casi 11 meses de anticipación, los novios tenían tiempos suficiente de preparar el evento como ellos querían. Tuvieron la suerte de poder escoger los proveedores sin tanto buscar, encontraban cada una de las cosas que querían con mucha rapidez y eso les alivianó el proceso, todo fluía y los novios podían sentir que todo sería como debía ser.
Eligieron casarse al aire libre y esperando por un buen clima escogieron el mes de noviembre. Pero justo la semana que se casaban había probabilidad de lluvia, hubo momento de estrés, pero los novios sabían que de alguna forma arreglarían la situación y que todo saldría bien, además, como afirma Carolina, “…dicen que la lluvia es buen augurio.”
El salón de eventos escogido fue Club de Golf La Dehesa, que de hecho había sido el segundo centro que habían visitado y lo reservaron con meses de anticipación. Carolina, de niña, iba a un club similar, por lo que siempre había querido casarse en un lugar así, que rememorara tan bellos sentimientos.
El parte de matrimonio lo encargaron en Con Sentimiento, una empresa en la que se pueden buscar los diseños por Internet y dan la posibilidad de realizar el encargo online a través de su página web.
Preparación de los novios
La ceremonia estaba dispuesta a realizarse exactamente a medio día del 4 de noviembre de 2017, por lo que la novia, muy temprano, se dispuso a prepararse en las dependencias del club. La maquilló y peinó Sol de Sol Peinados y Maquillaje, quien le aplicó tonos suaves y le realizó un medio moño que finalizaba en una trenza. Para finalizar su look, lució un tocado de flores de Della Novia, había visto el modelo por Instagram y le había encantado, agendó una cita y lo compró.
El vestido que escogió fue inusualmente el primero que se probó, un diseño de escote corazón y cintura media de Novias Mint. Encontrar sus zapatos fue más difícil puesto que no hay muchos modelos para novias de talla 41, por lo que finalmente optó por unos zapatos plateados que igualmente combinaban. Su ramo de flores era de tonos pasteles, con distintos tipos de flores y follaje. La novia le agregó su toque personal colgándole un amuleto azul.
Dentro de las joyas que utilizaría ese día se encontraba su anillo de compromiso de Joyería Helmlinger. Preocupándose de buscar servicios otorgados por emprendedores, y teniendo en consideración que Claudio está empezando su propio negocio, escogieron las argollas de matrimonio en Joyas Cata Martínez, siendo una muy buena experiencia. En su taller vieron las distintas opciones y modelos, optando por unas de oro rosado. Carolina pensó en hacer la de ella con un diamante, pero finalmente y siguiendo la tradición, se decidió por hacerlas iguales. ¡Cuando las vio sintió una profunda emoción, ya se sentía casada!
El novio por su parte se preparó en la casa de ambos. Su traje fue de color azul de la tienda Trial, combinado con camisa y corbata de tonos lila pastel, en cambio sus zapatos Florsheim fueron café obscuro.
Ceremonia y primer baile
El altar estaba hecho de flores de color pastel y en tonos rosados, con tela que caía por los costados. La entrada tenía una alfombra de pétalos de rosas y frascos de vidrio colgados de fierros con flores en colores similares. El novio esperaba impaciente con una reveladora sonrisa en su rostro mientras veía llegar a Carolina. Ella, por su parte, estaba viviendo uno de aquellos momentos en los que siempre había soñado, el instante exacto en que ambos fijan la mirada el uno en el otro;
“Siempre veía fotografías de novios cuando ven llegar a la novia, y fue tal cual la emoción cuando vi a mi futuro marido, fue de lo más emocionante.” (Carolina, 2018)
Ya casados se tomaron de las manos y con una implacable sonrisa en sus rostros caminaron por el mismo pasillo de pétalos, y más de éstos comenzaron a llover, como una bienvenida a la nueva vida, una forma de glorificar y celebrar tan bella unión.
Luego de la ceremonia civil, una amiga de los novios que es maestra de reiki realizó una ceremonia simbólica para consagrar el amor de Carolina y Claudio más allá del contrato civil. Consistió en tener una flor de varios colores, donde cada color tenía su significado, de ella se desprendía una frase que los novios decían en voz alta, para luego recibir la bendición.
Mientas tanto, los invitados esperaban por los recién casados en la terraza del salón. A cada uno se les sirvió espumante para realizar el primer brindis. Al llegar los novios, realizaron su primer baile con una canción que encontraron de casualidad; “Time in a bottle” de Jim Croce. Danzaron ellos solos, se desconectaron del mundo para vivir ese único y romántico momento. Al terminar, Claudio dio un sobrecogedor discurso por el que todos los presentes, con copa en mano, brindaron al unísono.
Brunch y sesión de fotos
Posteriormente los asistentes a pasaron al salón del Club de Golf La Dehesa donde se serviría el buffet tipo brunch, un desayuno tardío tipo almuerzo muy al estilo de los novios. Carolina y Claudio compartieron con cada una de las mesas de invitados, mientras Julio Farías, músico y amplificador de sonido de Música Para Matrimonio se encargaba de la música ambiental tipo lounge.
La torta de novios carrot cake semidesnuda con flores fue encargada en HolyCake, quienes realizaron un lindo trabajo. El pastel lo encontraron en el primer lugar que fueron a probar y les encantó inmediatamente, reservándolo con seis meses de anticipación.
La sesión de fotografía a cargo de Valentina Reyes estuvo bellísima, se luce la intensidad de tonos del paisaje en el que se encontraban insertos y las miradas enamoradas y resplandecientes de los novios.
“Nuestra fotógrafa fue Valentina Reyes, ella con su simpatía, profesionalismo y preocupación por representar todos los detalles de nuestro matrimonio hace una diferencia. Todos los invitados además quedaron maravillados con su simpatía. Las fotografías resultaron preciosas (yo busque en Pinterest las fotos que quería y se las envíe, y luego las tomamos exactamente.” (Carolina, 2018)
También realizaron la sesión de fotos con amigos y familiares y mientras todos compartían y se sacaban fotos grupales, ¡la novia lanzó el ramo! Lo más divertido de ese momento es que exactamente en el instante en que el ramo volaba por los aires, las solteras salieron corriendo y éste cayó al suelo ante las risas de todos los presentes, especialmente de aquel amigo que había ideado el plan.
Como obsequio a los asistentes al evento, los novios prepararon unas suculentas en un macetero pequeño con una tarjeta agradeciendo su compañía. Además, les pidieron que dejaran de recuerdo para ellos un deseo escrito en unas piedras blancas que los novios dejaron en una caja de decoración que simulaba una maleta de viaje.
¡Una gran tarde de emociones, risas y amor en un matrimonio de tarde al aire libre! Muchas felicidades por su boda y gracias por compartirlo con nosotros.
Centro de eventos: Club de Golf La Dehesa | Invitaciones: Con Sentimiento | Maquillaje y Peinado: Sol Peinados y Maquillaje | Tocados: Della Novia | Vestido de novia: Novias Mint | Anillo de compromiso: Joyería Helmlinger | Argollas de matrimonio: Joyas Cata Martínez | Traje del novio: Trial | Zapatos del novio: Florsheim | Música y Amplificación: Música Para Matrimonio | Torta: HolyCake | Fotografía: Valentina Reyes |
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