Los novios se conocieron en el trabajo, justo dos semanas antes de que Carolina se fuera a vivir a Lima por trabajo. Por suerte, Jaime la siguió un mes después y tuvieron el tiempo y la oportunidad de construir una relación y consolidarla lejos de todos. Fue un desafío, pero también una de esas instancias únicas en la vida, ya que siendo solo los dos, tuvieron que aprender a convivir y aguantarse sí o sí, trabajaban y vivían juntos, eran su propia familia a kilómetros de distancia de su tierra natal.
Y así fue como Caro y Jaime pasaron un año en la romántica y afrodisíaca capital de Perú. Al regresar a Santiago, luego de toda su historia, aventuras y locuras de amor ¡ya no se iban a separar más! Disfrutan viajar y hacer deporte juntos. Como trabajan en el mismo rubro y agencia, siempre tratan de separar su vida privada de su trabajo, por lo que se encuentran constantemente planeando escapadas y así desconectarse cada vez que tienen la posibilidad.
Un día de febrero de 2016, Carolina llegó tarde de la oficina al departamento que ambos compartían. Mientras jugaba con su perrita recién adoptada, se percató de lo ansioso que estaba Jaime, aunque no supo interpretar el motivo, ¡ni mucho menos se imaginó que estaban a punto de pedirle matrimonio! Jaime le insistió en que dejara de jugar con la perrita y cuando ya tenía su atención, la abrazó. Carolina notó que su corazón latía rápidamente y ahí no pudo evitar tener certeza que le iba a pedir la mano.
“Afortunadamente decidió hacerlo bien, íntimamente, porque yo no podía parar de llorar y tuvo que preguntarme tres veces si quería casarme, porque yo no lo escuchaba.” (Carolina, 2017)
Con un hermoso anillo de compromiso que Jaime había comprado en Estados Unidos, de oro blanco con 32 diamantes pequeños, los novios comenzaron a planear el lugar, día y detalles de su matrimonio en Santiago. De los partes se encargaron ellos mismos, diseñándolos, preparándolos e imprimiéndolos, ya que no encontraron ningún modelo que les gustara.
Preparación de los novios
El 19 de noviembre de 2016 Carolina junto a su mejor amiga se dirigieron temprano al Hotel Plaza El Bosque en Las Condes para maquillarse y vestirse. Del maquillaje se encargó Vivi Torres y una persona de su equipo realizó el peinado. Escogieron colores pasteles que combinaban con su look elegante y suave, y ella misma junto a una amiga, diseñaron su tocado de flores de tonos rosados damascos. Lució su cabello tomado con algunos flecos que caían entonando su rostro plácido y tranquilo.
Su vestido lo hizo una amiga diseñadora de la novia que se inspiró en un modelo de la diseñadora francesa Marie Laporte. Se trataba de un diseño a la cintura, cuello en V y con la espalda semi descubierta. Sus zapatos Clarks fueron de color blush, altos, pero con taco ancho para poder caminar sobre el pasto en la ceremonia. Los colores escogidos hacían juego con su perfecto atuendo, incluido el ramo de novia que la misma Carolina armó, algo sencillo y campestre con tres peonías rosado pálido, ilusiones e hipericum rosado.
El traje del novio fue escogido en Zara, de color azul oscuro, chaleco y corbata gris, respetando la clásica combinación cinturón y zapatos color camel, éstos últimos de la tienda Florsheim. Las argollas de matrimonio fueron elegidas en Casa Barros, la de Carolina en oro rosado y la del novio en platino.
Ceremonia y sesión de fotos
La ceremonia fue maravillosa, los novios escogieron casarse en el mismo centro de eventos donde celebrarían la boda, Casa Ibarra. En el altar esperaba Jaime emocionado a que llegara su prometida, rodeados de naturaleza y bajo la apacible sombra de los árboles, llegó Carolina que brillaba con una dulzura especial, única de aquel día.
Ambos se habían escrito unos votos de amor basados en el romance y el más puro amor que se tenían, la emoción los embargó y mientras se miraban, sabían que estaban viviendo uno de esos días que nunca se olvidan, que quedan en la memoria y en los corazones de los protagonistas y de los espectadores de tan conmovedora unión.
Con sencillez y alegría, los novios firmaron aquel acuerdo que los acercaba todavía más a ese deseo de pasar toda su vida juntos, y con convicción y añoranza, plasmaron el día, su amor, la boda, su protagonismo y su completa felicidad en hermosas fotografías tomadas por Maca y Fabián de Ampersand Studios. La profunda naturaleza acogió la esencia de los recién casados, se conectaron con ese concepto silvestre que con perspicacia los fotógrafos supieron utilizar. Se observan, se disfrutan y se conectan en el más fantástico día de sus vidas.
Celebración
La decoración tenía diferentes flores tales como peonías, rosas, hipericum, gerberas y lisianthus, todas en tono blush. Todo estaba precioso, las mesas y los pequeños detalles que ambientaban la celebración, todo gracias al novio quien de profesión es director de arte, por lo que tanto Carolina como Jaime se encargaron de que todo saliera como ellos querían, con detalles florales y acabado de acuarela.
Por su parte, el elegante pastel de Francisca Moyano de La Petite Bakery tenía tres pisos, se encontraba decorado con flores y predominaban los característicos tonos de la boda. “Agregamos detalles nuestros, como los nombres de cada invitado escritos por mí, para marcar además quién tenía menú vegetariano o era niño. Los números de las mesas, las luces, el topper de la torta, la decoración de la ceremonia también fue agregada por nosotros.” (Carolina, 2017)
Los novios decidieron hacer un cóctel largo, ya que les pareció más apropiado para el campo y más relajado que una comida extensa, luego la cena y, para terminar, ¡el baile! Caro y Jaime se lucieron con su simpatía y encanto y con una complicidad única disfrutaron el tradicional vals de los novios. Después de meses escuchando canciones de amor y en búsqueda de aquella que los hiciera sentir identificados con la letra, escogieron el tema “I won’t give up” de Jason Mraz.
A los invitados les obsequiaron unas preciosas plantitas de suculentas de Cactus Regala Vida que venían con un mensaje de amor y cariño inolvidable “Deja el amor crecer”, etiqueta que elaboraron los novios. Y además, con mucha dedicación, realizaron un trabajo personalizado escribiendo el sobrenombre de cada uno de los asistentes para ubicarlos en los asientos.
¡Muchas felicidades por su matrimonio y gracias por compartirlo con nosotros!
Hotel preparación novia: Hotel Plaza El Bosque | Maquillaje y Peinado: Vivi Torres | Zapatos novia: Clarks | Traje del novio: Zara | Zapatos del novio: Florsheim | Argollas de matrimonio: Casa Barros | Centro de eventos: Casa Ibarra | Torta: La Petite Bakery | Regalos invitados: Cactus Regala Vida |
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