La manera en cómo nos piden o pedimos matrimonio, se convertirá con el tiempo en uno de nuestros más preciados recuerdos. Por eso, seleccionamos para ti algunas historias que cuentan cómo fue ese momento que dio inicio a esa inolvidable experiencia y que reflejan que muchas veces las pedidas en la realidad, pueden ser mucho mejor que en las películas.
“En ese momento me tomó la mano y mientras empezaba la canción, sacó un anillo precioso del bolsillo de su camisa, me miró a los ojos y antes que me pudiese preguntar yo ya le había dicho: ¡SIII!
“Estábamos en un concierto de nuestra banda favorita, era verano y hacía mucho calor. Ese año cumplíamos 6 años juntos, lo habíamos hablado un par de veces, pero nada serio. En una parte del concierto el vocalista nos pide a todos tomar asiento para la próxima canción que justamente era mi favorita. En ese momento me tomó la mano y mientras empezaba la canción, sacó un anillo precioso del bolsillo de su camisa, me miró a los ojos y antes que me pudiese preguntar yo ya le había dicho: ¡SIII! frente a todos los demás que nos miraban alrededor. Después de eso a los 6 meses nos casamos y esa canción fue la que bailamos juntos en vez de vals.” – Pía, 28.
“De pronto se abre la puerta del lugar y aparece él, directo desde China, con un anillo en su mano diciéndome que no quería separarse nunca más de mi, y yo ahí sin poder creerlo de la emoción.”
“Nos conocimos trabajando juntos. Fuimos amigos un par de meses, hasta que un día en un paseo a la playa con amigos no me aguanté y le dije que para mi era mucho más que un amigo, a lo cual me respondió que a él también le pasaba lo mismo. Después de eso empezamos una relación y llevábamos 2 años cuando lo trasladaron a China por trabajo. Continuamos a la distancia cerca de un año mientras que yo hacía mis trámites para poder irme con él, pero todos los procesos eran demasiado lentos y nos extrañábamos mucho. Un día, me tocó trabajar un fin de semana en terreno y estaba ahí cuando de pronto se abre la puerta del lugar y aparece él, directo desde China, con un anillo en su mano diciéndome que no quería separarse nunca más de mí, y yo ahí sin poder creerlo de la emoción. ¡Había venido de sorpresa a pedirme matrimonio! Hoy, 3 años después de eso, es lejos el recuerdo más lindo que tenemos juntos.” – María, 30.
“Con todas las luces de la ciudad iluminando la noche, me pasó una cajita mientras me decía que quería que estuviésemos juntos siempre.”
“Era nuestro aniversario número 4 y ese día tuve varios problemas en el trabajo, por lo que le avisé con mucha pena que tendría que llegar más tarde a la casa. Supuestamente íbamos a ir al cine pero tuvimos que cancelar los planes, así que me dijo que no me preocupase, que cuando volviese podíamos pedir algo para comer. Llegué a mi casa y me encontré con un camino de velas hasta la mesa del living, donde había una exquisita cena para dos esperando, pero él no estaba por ningún lado. Miré y seguí un caminito de post it con mensajes y una serie de pistas que me llevaron hasta la azotea del edificio donde vivíamos y ahí estaba él. Con todas las luces de la ciudad iluminando la noche, me pasó una cajita mientras me decía que quería que estuviésemos juntos siempre. Ya han pasado 2 años desde ese día.”- Camila, 32.
“Sin entender mucho, caminé con él hasta el patio principal donde me tomó la mano y me puso en el dedo un anillo, diciéndome que en su interior, siempre supo que esto iba a pasar y no había mejor lugar en el mundo para pedirme matrimonio que donde empezó todo.”
“Nos conocíamos desde niños porque íbamos en el mismo colegio y teníamos amigos en común. A mí siempre me llamaron la atención sus ojos verdes, lo encontraba lindo pero en ese entonces era muy tímida como para acercarme y nunca crucé más que un “hola” con él. Y así pasaron los años y siempre nos seguimos viendo en varias oportunidades, hasta que un día se me acercó a conversar y hablamos por primera vez. En ese momento me dijo que cuando niño yo le gustaba mucho pero nunca tuvo el valor para acercarse y decírmelo. ¡Yo no podía creerlo! Después de eso, empezamos a salir y cuando cumplimos 2 años juntos, un día me pide que lo acompañe a un lugar porque tiene que hacer algo importante. Cuando llegamos, veo que era el colegio donde habíamos estudiado cuando niños. Sin entender mucho, caminé con él hasta el patio principal donde me tomó la mano y me puso en el dedo un anillo, diciéndome que en su interior, siempre supo que esto iba a pasar y no había mejor lugar en el mundo para pedirme matrimonio que donde empezó todo.”- Susana, 28.
“Si alguien me hubiese dicho que me iban a pedir matrimonio de esa manera, jamás lo hubiese creído.”
“Llevábamos 3 años juntos y ese día habíamos discutido por una tontera. Cuando eso pasaba, nos mandábamos mensajes al celular como señal de “reconciliación”. Él estaba en el sillón y yo en el comedor trabajando en mi computador cuando suena mi celular y veo un mensaje de él que decía “cásate conmigo”. Me doy vuelta para mirarlo pensando que me estaba haciendo una broma y lo veo detrás mío con un anillo en su mano. Quedé en shock sin entenderlo, lo único que atiné a hacer fue abrazarlo y llorar de emoción. Si alguien me hubiese dicho que me iban a pedir matrimonio de esa manera, ese día y después de discutir, jamás lo hubiese creído.”- Laura, 29.
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