Dicen por ahí que somos animales de costumbres, siempre manteniendo ritos a pesar de que muchos se vayan borrando con el paso del tiempo. Lo bueno de las tradiciones es que nos recuerdan de dónde venimos y quiénes somos, pues este aspecto tiene mucho que decir sobre nuestra cultura, sociedad e incluso personalidad, pero ¿qué pasa cuando la modernidad te permite tener una pequeña cuota de rebeldía y deshacerte de esas costumbres que ya se han tornado un poco obsoletas?
En el mundo de las bodas, no hay que ser un experto para saber que hay una cantidad infinita de cábalas existentes tanto para la novia, el novio, sus respectivas familias, los amigos, las despedidas de soltero, y muchas costumbres más, que hacen parte de cada detalle en una boda. Sin embargo si no quieres, no tienes que seguirlas todas al pie de la letra.
Muchas se traspasan de generación en generación, otras fueron creadas para espantar la mala suerte y aumentar el porvenir en la nueva pareja de recién casados, mientras que unas últimas llegaron como modas extranjeras impuestas y modificadas a lo “chilean way”. Sea como sea, sabemos que las mujeres modernas optamos por abrir nuevos capítulos, así que si muchas de estas costumbres te parecen anticuadas, absurdas e incluso bochornosas, no tengas dudas que puedes modificar este asunto y hacerlo todo a tu manera. ¡Toma nota!, pues hoy conoceremos aquellas tradiciones que antes se seguían al pie de la letra, pero que hoy podemos eliminar de una sola pincelada.
1. El vestido blanco
Aunque pareciera ser una tradición mantenida por siglos y siglos, debemos contarte que el uso del vestido blanco para las novias es una práctica relativamente reciente. De hecho, en la Edad Media las mujeres se animaban a lucir vestidos de todos los colores durante la ceremonia de bodas, con excepción del color negro y rojo.
Era el año 1840 cuando la reina Victoria se unía en matrimonio con el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, y en aquella ocasión lució un vestido de novia blanco y radiante, es desde entonces que la tradición se dictó. Pero fue recién hasta comienzos del siglo XX que el blanco se masificó como el color nupcial por excelencia, pues desde ahí se le comenzó a atribuir un simbolismo de pureza, virginidad e inocencia a esta tonalidad. En la actualidad la gama de los colores blancos sigue en tendencia, sin embargo hay diseñadores que se atreven a apostar por tonalidades pasteles que giran en torno al rosa, azul celeste, un color nude o diseñar vestidos de novia diversas tonalidades.
2. En martes, ni te cases ni te embarques…
Según la mitología romana, el día martes se le atribuye a Marte, Dios de la guerra. Es por eso que desde tiempos inmemoriales es un día funesto para los supersticiosos, pues según la creencia, este día de la semana es propicio para desgracias y catástrofes, por lo que se aconseja que las parejas más supersticiosas eviten este día para esquivar a la mala suerte.
Nuestro consejo es que no te dejes atormentar por este tipo de cábalas, pues debes sentirte en plena libertad de celebrarlo el día que ambos estimen conveniente. Para algunos el día tormentoso es el martes, para otros es el viernes, ¡qué más da! ¿O acaso no nos enseñaron que nada trae más fortuna que un buen amor?
3. Las perlas
En el mundo de las tradiciones nupciales, la norma dicta que no debes llevar perlas al altar, ¿por qué? La superstición romana decía que estas joyas simbolizan las propias lágrimas de la novia, por lo que llevarlas durante la boda traería desdicha hacia el matrimonio.
Esto supone todo un reto para quienes somos amantes de la simpleza y elegancia de estas gemas orgánicas. La idea es que te sientas libre de usar los accesorios que desees, pues muchas veces, hay novias que utilizan prendas o joyas por que les atribuyen un valor sentimental a estas. ¡Usa lo que quieras sin temor a equivocarte! Mientras te sientas cómoda, segura y hermosa, entonces no hay nada que temer.
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4. No ver a la novia con su vestido antes de la ceremonia
Antiguamente, cuando se realizaban matrimonios por conveniencia, la familia de la novia evitaba a toda costa que el futuro esposo viera a su prometida por temor a que éste se arrepintiera a último minuto, que poco romántico ¿verdad?
Sospechamos que un matrimonio por conveniencia no es tu caso, entonces ¿por qué seguir haciéndolo? A veces resulta complicado, pero tal vez sería mucho más fácil para ti no esconder tanto el vestido, y mucho menos escabullirte del novio durante los momentos previos a la boda. Admitamos que las cosas han cambiado, y en muchos casos si desechas esta cábala, tal vez podrían protagonizar una sesión de fotos previas a la boda. Nada quedará mejor que plasmar una fotografía del momento exacto en el que ambos se encuentras a solas, se trata de una nueva propuesta: capturar el momento más íntimo y personal entre ambos enamorados.
5. El ramo
Quien lo atrape tendrá la suerte de casarse pronto, o al menos así dicta la tradición. Y es que este rito se inició en Francia durante el siglo XIV, pues se creía que obtener pedazos de la vestimenta de la novia era de buena suerte. Aunque esta costumbre aún se mantiene, puedes buscar variaciones para hacerlo un poco más dinámico y divertido.
¿Cómo es eso?, por ejemplo, podrías poner el ramo en una caja transparente cerrada con un candado y repartir llaves entre tus invitadas solteras. Una a una deberán pasar esta prueba, hasta descubrir quién será la siguiente afortunada, no sé ustedes pero yo lo encuentro increíblemente original.
6. Camino hacia el altar
Las costumbres cambian a medida que las familias también lo hacen, pues aunque tradicionalmente es el padre de la novia quien la lleva al altar, esto ha ido cambiando un poco. Lo que puede funcionar para algunas, puede no funcionar para otras, y es que cada familia moderna vive su propia realidad, y a veces resulta que por diversas razones el padre biológico puede no estar siempre presente.
Puede que algunas decidan incluir en este rito a sus madres, hermanos, u otra persona de gran cercanía para hacerles compañía durante la caminata hacia el altar. Pero lo cierto es que algunas novias modernas prefieren ir solas para simbolizar independencia, y rechazar el rito de ser “entregada” por alguien más, aunque también existen novios que deciden entrar juntos para simbolizar unión desde los inicios del camino.
7. El arroz
Símbolo de fertilidad y abundancia, esta tradición nacida en oriente, comenzó como un rito para atraer la prosperidad mediante granos de alimento. Sin embargo, hoy en día esta tradición se ha sustituido por versiones más románticas que incluyen pétalos de flores, burbujas, confeti e incluso mariposas.
8. El pastel
Lo dulce puede estar presente de muchas formas en nuestras vidas, pues aunque esta tradición partió en la antigua roma, ahora se ha modificado en diferentes versiones. Si deciden no optar por la tradición de cortar un enorme pastel juntos, tal vez les gustaría explorar diferentes opciones, por ejemplo, ahora está muy de moda las mesas de dulces, los candy bar o un buffet de postres. Una propuesta dulce siempre es justa y necesaria, solo debes inspirarte y saber que existen diferentes formas de satisfacer un antojo y de seguir una tradición, pero a tu manera.
9. El primer baile
El vals, es el ritmo que por tradición se ha convertido en el símbolo del primer baile de recién casados. Aunque la tradición comenzó en el siglo XII en tierras austríacas, logró conquistar a la realeza recién durante el siglo XVI, es de ahí en adelante que pasó a ser uno de los ritos más valorados por los jóvenes enamorados.
Aunque generalmente la tradición marca que debe ser un baile de lento compás, hay algunas parejas han optado por modernizar esta tradición y escoger canciones más movidas, algunos incluso se atreven a bailar al ritmo de coreografías dirigidas o simplemente bailar su canción favorita, la cual puede no ser tan romántica a algunas veces, pero ¿qué más da?
10. La luna de miel
Se dice que hace más de 4.000 años existía una tradición en la cultura Babilónica, en donde el padre de la novia después de la boda, tenía que proveer a su yerno de cerveza de miel durante todo un mes, lo cual equivalía a un ciclo entero de luna. Por su parte los teutones, celebraban sus bodas sólo bajo la luna llena, luego después de la celebración, los novios tenían que beber un licor de miel durante 30 días para asegurarse una vida dulce y una familia numerosa y feliz.
Aunque hoy en día la luna de miel es para que los recién casados disfruten de un viaje de ensueño justo después de la boda, hay quienes por comodidad y ajuste de tiempos deban aplazarlo un poco. Esto no significa mal augurio ni nada por el estilo, de hecho es totalmente válido que ambos encuentren el momento que sea más conveniente y coincida con sus tiempos de trabajo, compromisos adquiridos y otras planificaciones. La idea es que puedan escaparse juntos con libre tranquilidad, así que si tienen que esperar un poco para relajarse plenamente ¡simplemente háganlo!
¡Nuevos tiempos, nuevas reglas! Si no te sientes a gusto con alguna de las costumbres más aplaudidas por la tradición, debes saber que puedes modificarlas y hacerlo a tu manera. Toma estos ritos como una pauta que te pueden ayudar muchísimo, pero no como una norma que debes seguir al pie de la letra. Y tú ¿qué otra tradición borrarías del mapa?
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