El amor, ese anhelado sentimiento que todos queremos sentir y estamos ansiosos de recibir… Un sentimiento tan profundo como desconocido, en cuyo nombre se permiten o justifican muchos comportamientos que suelen caer en el estereotipo y que la ilusión o las películas nos hace creer que son parte del romanticismo. ¿Cómo podemos identificar un verdadero acto romántico de otro que no lo es? No existe un manual exacto, pero acá te damos unos tips con lo que NO debes hacer para no caer en el facilismo y ser un verdadero romántico.
1. Regalos típicos
Lo más importante en una relación no son los regalos materiales, aunque también son una linda forma de demostrar con algo más que palabras lo que sentimos por esa persona especial. Pero no caigas en la tradición de los típicos chocolates, peluches y flores, ya que si bien son una forma común de demostrar amor en la sociedad y las películas románticas, a todas las chicas no les gusta recibir ese tipo de regalos. Conoce a tu pareja y hazle un regalo especial pensado en ella, que le haga sentir cuánto la conoces y lo mucho que te preparaste para sorprenderla con ese obsequio.
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2. Pedir matrimonio en público
Estás enamorado y quieres compartir con el mundo tus sentimientos, pero pedir matrimonio en público no debería ser uno de ellos. Hay momentos únicos en la pareja que deben ser guardados para la intimidad de los dos, pero no por eso debes caer en la monotonía.
¿Te imaginas que en medio de tu declaración pública tu enamorada sale corriendo o dice que sí sólo por la presión y el miedo a decir que no? O peor aún, dice que no de frentón. El dolor de superar ese momento que tú y los demás presentes de seguro no olvidarán, es mejor reemplazarlo por originalidad y sorpresa para los dos.
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3. Momentos especiales
La rutina es una amenaza constante en las relaciones y caer en ella es el fantasma del que todos queremos escapar. Pero no necesitas un gran presupuesto ni representaciones estilo Hollywood para darle frescura a la relación. Una caminata en la playa o una simple ida al supermercado donde conversar de cómo sería la vida juntos, puede transformarse en una linda historia. No existe una forma típica. Cada actividad que realicen es un potencial gran momento para compartir.
4. Llegar sin ser invitado
Si no llevan mucho tiempo saliendo, enviar flores a su trabajo para un 14 de febrero donde nadie sabe de tu existencia no es la mejor de las iniciativas. La obligarás a hablar de ti, contar algo que quizás no es oficial frente a la atónita cara de su jefe. Aparecer de sorpresa en una cena familiar donde nadie te conoce, tampoco. Te expondrás a ti y a los demás a un momento incómodo. Obligarás a tu pareja a presentarte, formalizar la relación y a invitarte por cortesía a quedarte a comer. Ese acto de improvisación que resultaba divertido en las películas de los 90, queda bien ahí, en la ficción. No fuerces las situaciones y siempre espera a ser invitado.
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5. La serenata de amor
Los mariachis en la ventana o una improvisada serenata de amor frente a la mirada inquieta de los vecinos suena más a teleserie mexicana que a una situación de ensueño que alguien quiera vivir. En el mundo real es más probable que la gente alrededor te observe sin saber si reír o llorar, que mire para otro lado por vergüenza ajena o que tu pareja haga muecas de sonricitas nerviosas porque no sabe cómo hacerte saber su incomodidad. Es un arma de doble filo, puede ser tan romántico como vergonzoso.
6. Que peleen por ti (especialmente en el caso de los hombres)
Que una persona pelee por ti no es romántico. A no ser que tu pareja tenga la mentalidad de una mujer de otro siglo, quedarías como un básico. Si no puedes acabar una discusión con argumentos verbales, un golpe no lo soluciona. Quizás tú te sientas como un triunfador, pero a los ojos de la persona especial puedes perder muchos puntos. Tú crees que es romántico, pero calza más bien con la imagen de una película de cowboys, estilo John Wayne. ¡Haz el amor y no la guerra!
¿Quieres ser romántico? Ya sabes qué no debes hacer. El mejor consejo es conocer a tu pareja, saber qué le apasiona y qué le disgusta. Descubre y pregúntale qué le hace feliz. Saca lo mejor de ti e impresiónala. No hay nada más emocionante.
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