A medida que avanza nuestra vida, y considerando ciertas situaciones en particular, terminamos por perder por completo el miedo al ridículo. Puede tratarse de la edad, acontecimientos importantes o factores externos como el alcohol, extrema emoción o simplemente un afán por ser el centro de atención. Nos volvemos más naturales, nos dejamos llevar sin pensar en el qué dirán. En los matrimonios, siempre existen personas que destacan, y no me refiero a los novios. Atentos con este ranking.
1. La mamá de los novios
Por lo general llora de más. Se aparece en todos lados, quiere estar en absolutamente toda las fotografías y actúa de forma que todos se enteren lo importante que es ella en la boda. Ver a su hija casarse le ha generado tanta ilusión que abrazará a cada una de las personas que se le crucen en su camino, haciendo comentarios sobre lo rápido que creció su bebé. Hablará en susurros con su marido sobre lo afortunados que son y comenzará a hacer referencias sobre el pasado, cuando todavía jugaba con muñecas y se lamentará que la misma persona a la que le tuvo que cambiar el pañal, hoy es un adulto que se besa con su pareja enfrente de todos. Esta clase de pensamiento la harán llorar de emoción, de tristeza y de nostalgia, pero sea cual sea la razón, sus lágrimas serán más de lo esperado.
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A la hora de la cena es muy posible que no se separe del asiento nunca. O por el contrario: que no se siente jamás y no pruebe bocado. Cuando sea la hora de la barra libre lo más posible es que se le pasen las copas. El padre de la criatura posiblemente se quede dormido en alguna silla arrinconada o esté bailando de lo lindo con la corbata en la cabeza, eso nunca se sabe.
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2. El Padrino
Se siente casi como actor de cine. Jura que todas las luces están puestas en él cuando no es más que un título para el mejor amigo que no tiene mayor relevancia. Por muy cercano que sea, no es aceptable quitar la atención de los novios, y si quiere sacar algún trapo sucio de su amigo durante el brindis, será mejor que evite hablar sobre los affaires con otras mujeres, las cuales posiblemente estén entre las invitadas.
Su constante presencia en las fotografías se transformará en una pesadilla para los novios, quienes ya no sabrán dónde ponerlo cuando toque la grupal con los amigos del colegio, a la cual él no pertenece. También va a decidir que el matrimonio es el momento perfecto para desempolvar sus pasos de baile, los cuales no están muy actualizados y pueden ser hasta un poco grotescos, además va a intentar usar sus movimientos pasados de moda para atraer, de forma desesperada, a alguna de las solteras del evento. Va a querer estar en todo, organizando hasta la entrega del cotillón cuando de lo único que tiene que encargarse es de que no falten puros.
3. Damas de honor
Las solteras lo intentarán todo para lograr algo esa noche, aunque sea con alguno de los meseros, y pondrán un esfuerzo extra en todos sus movimientos de baile. Las casadas intentarán dejar claro todo lo que saben sobre bodas, sin embargo, tal como el padrino, deberán mantenerse a raya si no quieren ser parte de la lista negra de los novios. De todos modos, insistirán e intentarán hacer todo tal cual como en su matrimonio, y si los novios no quieren, los criticarán por no hacerlo como ellas dicen. Formarán grupos para baile, y a su alrededor se reunirá un grupo de curiosos, la mayoría sacando a flote su lado más animal.
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4. El DJ
Es básicamente el responsable de que la fiesta post-cena sea un éxito o un desastre. Hay que tener cuidado y conocer bien su repertorio, no queremos a alguien que ande soltando melodías muy pasadas de moda que no califican ni para “clásicos”, o algunas canciones extremadamente ñoñas que nadie va a disfrutar a esas horas de la noche. Cuando suceden este tipo de situaciones, el alcohol no hace efecto, o incluso peor, muta en lo que más tememos: el sueño.
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5. El familiar de alguno de los novios
El típico familiar desagradable que se las sabe todas. El que leyó la última teoría sobre cualquier cosa y que no importa cuántos diplomas sobre el tema tengas, él sabe más. El que siempre conoce a alguien que hace las cosas mejor y más baratas que el resto, y el que te deja en claro que no importa lo que hagas, lo haces mal.
Este es el tipo que va de mesa en mesa aconsejando a todos desde lo social hasta lo laboral. Si eres tú quien se está casando, prepárate para escuchar a la voz de la experiencia y una cátedra de horas sobre lo bueno y lo malo del matrimonio. Todos tenemos un familiar así, que no puede evitar abrir la boca y e incomodar a alguien. Por lo general está sentado con una copa, y desde su rincón grita cada vez que puede ¡vivan los novios!
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A pesar de que todo depende de los novios y del tipo de celebración, estos personajes suelen ser quienes se roban un minuto de la noche. Sin embargo, sin ellos, la fiesta no sería igual.
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