La crianza y la llegada del primer hijo difiere mucho cómo se da hoy en día y cómo era antiguamente. Las parejas antes se casaban y el principal objetivo era concebir hijos lo antes posible. Mientras más hijos tenía una pareja, mejor imagen tenía esa familia frente a la sociedad. Los hijos aseguraban el apellido y los bienes de las familias.
En el siglo actual, todo ha cambiado. Ya no existe la crianza en comunidad, sino que una pareja, cada uno con sus propias ambiciones, está a cargo de sus hijos. Especialmente la llegada del primer hijo atormenta mucho una pareja. Ahí puede aparecer una crisis importante si no se prepara de forma adecuada ese momento, ya que ambos tienen que hacer un cambio importante en sus vidas y restringirse como personas individuales. Eso muchas veces es muy complejo, ya que vivimos en un mundo cada vez más individualista, donde el hedonismo predomina por sobre todo. Entonces la palabra concebir, criar y educar no está dentro del vocabulario de las parejas jóvenes que quieren disfrutar antes de sentirse limitados por estar criando a un hijo. Las parejas quieren viajar, juntar dinero, hacer carrera profesional antes de pensar en tener hijos.
A este respecto, revisa: 20 cosas que debes hacer con tu pareja antes de tener hijos.
Cuando una pareja del siglo XXI finalmente decide tener un hijo, puede aparecer una crisis en la relación de pareja. Ambos pueden vivenciar una angustia por la llegada del nuevo miembro familiar, ya que se ven restringidos en sus vidas, con menos libertad y menos tiempo en pareja.
A los padres del siglo XXI se les exige demasiado y es tan difícil cumplir con todos los roles que uno representa en la sociedad. Cuando nace el bebé se espera en los primeros meses de vida, especialmente de la madre la presencia completa de esta para el recién nacido, desarrollar un apego seguro y cumplir con la lactancia exclusiva por lo menos los primeros seis meses de vida del pequeño, ojalá hasta un año. Esta lactancia es de libre demanda del niño, es decir, puede mamar cada hora si es que desea. Eso lleva a un agotamiento evidente de la madre que siente que no le queda tiempo para ninguna otra cosa. Pasado el tiempo, el niño sigue ocupando un rol muy importante y protagónico en la vida de los padres, lo que limita mucho la vida en pareja. Ahí es donde la pareja se tiene que reinventar, buscar espacios para estar de a dos y no descuidar la intimidad y la comunicación. La llegada de un miembro nuevo a la familia siempre es difícil y genera una crisis, pero se puede manejar cuidando los espacios de la pareja. La pareja es la base que sostiene el sistema familiar, por eso es tan importante cuidarla.
También te puede interesar 30 señales que demuestran que todavía no estás preparada para ser madre o por el contrario, La familia crece: descubre cómo preparar la habitación del bebé.
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Danos tu opinión